Page 219 - Crepusculo 1
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—Ah, y ten cuidado, Bella. Espera hasta que yo te diga cuándo puedes hablar, por
favor.
Esperé.
—Es muy importante ahora que no hagas sospechar a tus amigos cuando vuelvas con
ellos. Diles que ha llamado tu madre, pero que la has convencido de que no puedes ir a casa
por lo tarde que es. Ahora, responde después de mí: «Gracias, mamá». Repítelo ahora.
—Gracias, mamá.
Rompí a llorar, a pesar de que intenté controlarme.
—Di: «Te quiero, mamá. Te veré pronto». Dilo ya.
—Te quiero, mamá —repetí con voz espesa—. Te veré pronto.
—Adiós, Bella. Estoy deseando verte de nuevo.
Y colgó.
Mantuve el móvil pegado al oído. El miedo me había agarrotado los dedos y no
conseguía estirar la mano para soltarlo.
Sabía que debía ponerme a pensar, pero el sonido de la voz aterrada de mi madre
ocupaba toda mi mente. Transcurrieron varios segundos antes de que recobrara el control.
Despacio, muy despacio, mis pensamientos consiguieron romper el espeso muro del
dolor. Planes, tenía que hacer planes, aunque ahora no me quedaba más opción que ir a la
habitación llena de espejos y morir. No había ninguna otra garantía, nada con lo que pudiera
salvar la vida de mi madre. Mi única esperanza era que James se diera por satisfecho con
ganar la partida, que derrotar a Edward fuera suficiente. Me agobiaba la desesperación,
porque no había nada con lo que pudiera negociar, nada que le importara para ofrecer o
retener. Pero por muchas vueltas que le diera no había ninguna otra opción. Tenía que
intentarlo.
Situé el pánico en un segundo plano lo mejor que pude. Había tomado la decisión. No
servía para nada perder tiempo angustiándome sobre el resultado. Debía pensar con claridad,
porque Alice y Jasper me estaban esperando y era esencial, aunque parecía imposible, que
consiguiera escaparme de ellos.
Me sentí repentinamente agradecida de que Jasper no estuviera. Hubiera sentido la
angustia de los últimos cinco minutos de haber estado en la habitación del hotel, y en tal caso,
¿cómo iba a evitar sus sospechas? Contuve el miedo, la ansiedad, intentando sofocarlos. No
podía permitírmelos ahora, ya que no sabía cuándo regresaría Jasper.
Me concentré en la fuga. Confiaba en que mi conocimiento del aeropuerto supusiera
una baza a mi favor. Era prioritario alejar a Alice como fuera...
Era consciente de que me esperaba en la otra habitación, curiosa. Pero tenía que resolver
otra cosa más en privado antes de que Jasper volviera.
Debía aceptar que no volvería a ver a Edward nunca más, ni siquiera una última mirada
que llevarme a la habitación de los espejos. Iba a herirle y no le podía decir adiós. Dejé que
las oleadas de angustia me torturaran y me inundaran un rato. Entonces, también las controlé
y fui a enfrentarme con Alice.
La única expresión que podía adoptar sin meter la pata era la de una muerta, con gesto
ausente. La vi alarmarse, y no quise darle ocasión de que me preguntara. Sólo tenía un guión
preparado y no me sentía capaz de improvisar ahora.
—Mi madre estaba preocupada, quería venir a Phoenix —mi voz sonaba sin vida—.
Pero todo va bien, la he convencido de que se mantenga alejada.
—Nos aseguraremos de que esté bien, Bella, no te preocupes.
Le di la espalda para evitar que me viera el rostro.
Mis ojos se detuvieron en un folio en blanco con membrete del hotel encima del
escritorio. Me acerqué a él lentamente, con un plan ya formándose en mi cabeza. También
había un sobre. Buena idea.
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