Page 62 - Crepusculo 1
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una segunda expedición a las pozas. Mike, con Jessica convertida en su sombra, encabezó
               otra  a  la  tienda  de  la  aldea.  Algunos  de  los  nativos  los  acompañaron  y  otros  se  fueron  a
               pasear. Para cuando se hubieron dispersado todos, me había quedado sentada sola sobre un
               leño, con Lauren y Tyler muy ocupados con un reproductor de CD que alguien había tenido la
               ocurrencia de traer, y tres adolescentes de la reserva situados alrededor del fuego, incluyendo
               al jovencito llamado Jacob y al más adulto, el que había actuado de portavoz.
                     A los pocos minutos, Angela se fue con los paseantes y Jacob acudió andando despacio
               para sentarse en el sitio libre que aquélla había dejado a mi lado. A juzgar por su aspecto
               debería tener catorce, tal vez quince años. Llevaba el brillante pelo largo recogido con una
               goma elástica en la nuca. Tenía una preciosa piel sedosa de color rojizo y ojos oscuros sobre
               los pómulos pronunciados. Aún quedaba un ápice de la redondez de la infancia alrededor de
               su  mentón.  En  suma,  tenía  un  rostro  muy  bonito.  Sin  embargo,  sus  primeras  palabras
               estropearon aquella impresión positiva.
                     —Tú eres Isabella Swan, ¿verdad?
                     Aquello era como empezar otra vez el primer día del instituto.
                     —Bella —dije con un suspiro.
                     —Me llamo Jacob Black —me tendió la mano con gesto amistoso—. Tú compraste el
               coche de mi papá.
                     —Oh—dije  aliviada  mientras  le  estrechaba  la  suave  mano—.  Eres  el  hijo  de  Billy.
               Probablemente debería acordarme de ti.
                     —No, soy el benjamín... Deberías acordarte de mis hermanas mayores.
                     —Rachel y Rebecca —recordé de pronto.
                     Charlie y Billy nos habían abandonado juntas muchas veces para mantenernos ocupadas
               mientras  pescaban.  Todas  éramos  demasiado  tímidas  para  hacer  muchos  progresos  como
               amigas. Por supuesto, había montado las suficientes rabietas para terminar con las excursiones
               de pesca cuando tuve once años.
                     — ¿Han venido? —inquirí mientras examinaba a las chicas que estaban al borde del
               mar preguntándome si sería capaz;  de reconocerlas ahora.
                     —No —Jacob negó con la cabeza—. Rachel tiene una beca del Estado de Washington y
               Rebecca se casó con un surfista samoano. Ahora vive en Hawai.
                     — ¿Está casada? Vaya —estaba atónita. Las gemelas apenas tenían un año más que yo.
                     — ¿Qué tal te funciona el monovolumen? —preguntó.
                     —Me encanta, y va muy bien.
                     —Sí, pero es muy lento —se rió—. Respiré aliviado cuando Charlie lo compró. Papá no
               me hubiera dejado ponerme a trabajar en la construcción de otro coche mientras tuviéramos
               uno en perfectas condiciones.
                     —No es tan lento —objeté.
                     — ¿Has intentado pasar de sesenta?
                     —No.
                     —Bien. No lo hagas.
                     Esbozó una amplia sonrisa y no pude evitar devolvérsela.
                     —Eso lo mejora en caso de accidente —alegué en defensa de mi automóvil.
                     —Dudo que un tanque pudiera con ese viejo dinosaurio —admitió entre risas.
                     —Así que fabricas coches... —comenté, impresionada.
                     —Cuando dispongo de tiempo libre y de piezas. ¿No sabrás por un casual dónde puedo
               adquirir  un  cilindro  maestro  para  un  Volkswagen  Rabbit  del  ochenta  y  seis?  —añadió
               jocosamente. Tenía una voz amable y ronca.
                     —Lo  siento  —me  eché  a  reír—.  No  he  visto  ninguno  últimamente,  pero  estaré  ojo
               avizor para avisarte.






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