Page 318 - Frankenstein
P. 318

mente. Hasta entonces pensaba en mi promesa
   con profunda desesperación y la consideraba
   como algo que debía cumplir, cualesquiera que
   fueran las consecuencias. Pero ahora me parecía
   como si me hubieran quitado una venda de
   delante de los ojos y que, por primera vez, veía
   las cosas con claridad. Ni por un instante se me
   ocurrió reanudar mi tarea; la amenaza que
   había oído pesaba en mi mente, pero no creía
   que un acto voluntario por mi parte consiguiera
   anularla. Tenía muy presente que, de crear otro
   ser tan malvado como el que ya había hecho,
   estaría cometiendo una acción de indigno y
   atroz egoísmo, y apartaba de mis pensamientos
   cualquier idea que pudiera llevarme a variar mi
   decisión.
     La luna salió entre las dos y las tres de la ma-
   drugada; metí el cesto en un bote, y me adentré
   en el mar unas millas. El lugar estaba_ comple-
   tamente solitario; unas cuantas barcas volvían
   hacia la isla, pero yo navegaba lejos de ellas. Me
   sentía como si fuera a cometer algún terrible
   313   314   315   316   317   318   319   320   321   322   323