Page 54 - El Alquimista
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sorpresa, se encontró allí con el Inglés, mirando por primera vez hacia el
desierto.
—Esperé toda la tarde y toda la noche —le dijo—. Él llegó con las
primeras estrellas. Le conté lo que estaba buscando. Entonces él me preguntó
si ya había transformado plomo en oro, y yo le dije que eso era lo que quería
aprender.
»Y me mandó intentarlo. Todo lo que me dijo fue: «Ve e inténtalo.» El
chico guardó silencio. El Inglés había viajado tanto para oír lo que ya sabía.
Entonces se acordó de que él había dado seis ovejas al viejo rey por la misma
razón.
—Entonces, inténtelo —le dijo al Inglés.
—Es lo que voy a hacer. Y empezaré ahora.
Al poco rato de haberse ido el Inglés, llegó Fátima para recoger agua con
su cántaro.
—Vine a decirte una cosa muy sencilla —dijo el chico—. Quiero que seas
mi mujer. Te amo.
La moza dejó que su cántaro derramase el agua.
—Te esperaré aquí todos los días. Crucé el desierto en busca de un tesoro
que se encuentra cerca de las Pirámides. La guerra fue para mí una maldición,
pero ahora es una bendición porque me mantiene cerca de ti.
—La guerra se acabará algún día —dijo la moza.
El muchacho miró las datileras del oasis. Había sido pastor. Y allí existían
muchas ovejas. Fátima era más importante que el tesoro.
—Los guerreros buscan sus tesoros —dijo la joven, como si estuviera
adivinando el pensamiento del muchacho—. Y las mujeres del desierto están
orgullosas de sus guerreros.
Después volvió a llenar su cántaro y se fue.
Todos los días el muchacho iba al pozo a esperar a Fátima. Le contó su
vida de pastor, su encuentro con el rey, su estancia en la tienda de cristales. Se
hicieron amigos, y a excepción de los quince minutos que pasaba con ella, el
resto del día se le hacía interminable. Cuando ya llevaba casi un mes en el
oasis, el Jefe de la Caravana los convocó a todos para una reunión.
—No sabemos cuándo se va a acabar la guerra, y no podemos seguir el
viaje —dijo—. Los combates durarán mucho tiempo, tal vez muchos años.
Cuentan con guerreros fuertes y valientes en ambos bandos, y existe el honor
de combatir en ambos ejércitos. No es una guerra entre buenos y malos. Es