Page 36 - Cloe-y-el-poubolt-magico
P. 36

Capítulo 9. BOURGOGNE-FRANCHE-COMPTÉ, la magia de los galos





            Cada  mañana,  Cloe  corría  en  dirección  a  la  plaza.  Sus  padres  aún  no  entendían  su  interés;  sin
            embargo, se alegraban de su entusiasmo.



            —¿Comenzamos hoy con algo divertido? No más caca de vaca, ¡promételo!


            El Poulbot sonrió, Cloe no sabía si temer o alegrarse con lo que verían.



            Lo primero que sintió fue un chorro de agua fresca directo a su cara. Al abrir los ojos, vio decenas de
            chorros que lanzaban agua a diestro y siniestro. Saltaba para esquivar uno y caía en otro.



            François reía a carcajadas, aunque nadie lo oía. En cambio, Cloe chillaba y alborotaba la nueva y
            enorme plaza en la que se hallaban. Al final, Cloe también reía y jugueteaba con los chorros, eran
            más divertidos de lo que imaginó en un principio.



            —Mira a tu espalda, es el Palacio de los Duques de Borgoña, estamos en Dijon.


            Cloe  se  quedó  perpleja  al  ver  el  majestuoso  palacio.  Entraron  y  recorrieron  sus  amplios  salones,
            donde, siglos atrás, reyes y nobles habían bailado por sus alfombras decoradas.



            De paseo por la ciudad, Cloe advirtió un tarro que le resultaba familiar, recordaba haberlo visto antes.


            —Es la mostaza de Dijon, mundialmente conocida. Pruébala con pan de especias.
   31   32   33   34   35   36   37   38   39   40   41