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LA ASTRONOMÍA ANTES DE PTOLOMEO


                     La observación del cielo ha ocupado a todas las culturas, que,
                      dependiendo de su grado de madurez evolutiva, han considerado
                     su descripción bajo modelos que van de lo puramente. mítico o
                     religioso hasta lo científico. Hace más de cinco mil años, los egip-
                     cios ya intentaban encontrar una explicación a los fenómenos ob-
                     servados en el cielo y pretendían conectarlos con los sucesos que
                     afectaban a los individuos o a las naciones. Nacieron así, fuerte-
                     mente trabadas, la astronomía y la astrología, que combinaban el
                     saber y la fantasía de quienes comenzaron a cultivarlas.
                         Quizá la idea más impo1tante desarrollada por los antiguos
                     egipcios en este ámbito fue el concepto de tiempo, distinguiendo
                     su curso lineal y los comportamientos cíclicos asociados a ciertos
                     fenómenos naturales (las inundaciones anuales del Nilo, por ejem-
                     plo). Aparte de los calendarios, existen evidencias arqueológicas
                     que se remontan al milenio II a.c. y que contienen datos bastante
                     precisos sobre la trayectoria de Venus. Un ejemplo significativo es
                     el reloj estelar hallado en la tumba del faraón Ramsés VI,  en el
                     Valle de los Reyes.  En este sentido, se tiene constancia de que,
                     unos 1300 años antes de nuestra era, los egipcios habían identifi-
                     cado ya cuarenta y tres constelaciones y los cinco planetas visi-
                     bles, existiendo numerosa información sobre ellos.
                         En otras civilizaciones también se compaitió el mismo interés
                     por la bóveda celeste. Los astrónomos chinos registraron el pri-
                     mer eclipse de sol conocido, unos dos mil setecientos años antes
                     de nuestra era. Pero probablemente fueron los babilonios quienes,
                     hacia 1800 a.c., aplicaron por primera vez las matemáticas al es-
                     tudio de la bóveda celeste, en particular a los fenómenos periódi-
                     cos que en ella pueden observai·se.
                         Entre las tablillas cuneiformes encontradas, la de Ammisa-
                     duqa (número 63 del Enuma Anu Enlil), conservada en el Museo
                     Británico, lista posiciones de Venus sobre un período de 21 años,
                     lo que podemos interpretar como la primera prueba de estudio
                     sistemático sobre fenómenos planetarios.
                         Entre los caldeos, ya en el Imperio neobabilónico, se hicie-
                     ron numerosas observaciones que condujeron a tener conocí-





          34         PRIMEROS AÑOS: LAS IDEAS CLÁSICAS
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