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TIEMPOS DE CAMBIO
En su época estudiantil, Copérnico entró en contacto con la lla-
mada Sodalitas Vistulana, una asociación cultural que preconi-
zaba una revalorización del platonismo frente a las ideas
aristotélicas imperantes. Fue fundada en 1489, muy poco antes de
que Nicolás se matriculase en la universidad, por Conrad Celtis
(1459-1508), un reconocido humanista alemán.
En esta sociedad se reunía gente inquieta: profesores jóvenes,
eclesiásticos de ideas modernas, miembros cultos de la sociedad
cracoviana. Se discutía sobre literatura, historia, filosofía, geogra-
fía y ciencia. De estas discusiones surgían posiciones enfrentadas
a la escolástica tradicional, lo que pronto hizo que los sectores
más conservadores tildasen a los miembros de esta sociedad de
iconoclastas. Incluso paiticipaban damas en las reuniones, lo que
significaba también una novedad. En el fondo se trataba de un
foco cultural que irradiaba las nuevas ideas renacentistas como en
tantas otras universidades europeas. Cracovia era la capital del
reino de Polonia y, de la misma manera que en París o Roma, la
sociedad comenzaba a respirar aires de cambio. Precisamente
Celtis, que ejerció gran influencia sobre las élites polacas, llegó a
· Cracovia para estudiar matemáticas y astronomía con W ojciech
de Brudzewo. La relación de Copémico con los miembros de la
Sodalitas Vistulana le llevó a valorar la riqueza del pensamiento
grecorromano y a interesarse por leer a los clásicos en latín. Asi-
mismo, dado que los originales de muchas de esas obras estaban
en griego, se tuvo que despertar en eljoven el interés por aprender
también esa lengua.
En el año 1489 llegó a Cracovia un ejemplar del libro Desole
et lumine, de Marsilio Ficino, un destacado humanista y filósofo
neoplatónico que enseñaba entonces en la Universidad de Floren-
cia. Es posible que la lectura y la discusión de esta obra en la
Sodalitas Vistulana fueran el germen de la nueva visión cosmoló-
gica que se iría gestando en Copémico. Ficino, desde una pers-
pectiva puramente filosófica, consideraba al Sol ocupando el
centro del cielo, en concordancia con las ideas neoplatónicas. En
la obra capital de Copémico, De revolutionibus, pueden encon-
PRIMEROS AÑOS: LAS IDEAS CLÁSICAS 39