Page 98 - 14 Copernico
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Todo lo que soy capaz de producir con mi inteligencia y todo lo que
                         pueda ser de utilidad, lo considero en justicia de vuestra propiedad.
                         Sin duda es cierto lo que antaño Ovidio escribiera al emperador Ger-
                         mánico: «Según sea tu mirada, mi ánimo decae o se eleva».

                         El poeta renacentista Wawrzyniec Korwin, amigo de Copér-
                     nico y miembro de la Sodalitas Vistulana, escribió el prólogo de
                     la obra. Se trataba de una composición en verso que tituló Adiós
                     a Prusia, pues Korwin estaba en ese momento a punto de dejar
                     Warmia para instalarse en Silesia.
                         Lo interesante de esta dedicatoria es que, pese a estar aso-
                     ciada a dichas Epístolas, se hace en ella una clara referencia al
                     Copérnico astrónomo al señalar que el autor de la traducción
                     «examina y describe los movimientos de la Luna, el Sol y las es-
                     trellas, al tiempo que los interpreta con sólidas bases». No cabe
                     duda de que Nicolás era visto ya por quienes lo rodeaban no
                     corno un funcionario ni corno un clérigo, sino fundamentalmente
                     corno un sabio.
                         Quizá llame la atención la aparente dualidad entre ciencia y
                     arte que se dio en ese momento en la vida y la obra de Copérnico,
                     pensando en ambas como en dos caminos muy apartados entre
                     sí. Sin embargo, reflexionando sobre su obra como astrónomo, es
                     dado pensar que, en el conjunto de esa obra, la estética desem-
                     peñó también un papel importante.  La formulación que  haría,
                     añ_os más tarde, de su nuevo modelo en De revolutionibus estaría
                     impregnada de un evidente sentido estético.




                     UN FUNCIONARIO ACTIVO


                     En marzo de 1512 falleció Lucas Watzenrode,  en Torún. Su so-
                     brino no estuvo a su lado en los últimos momentos. Desde 1510
                     residía en  Frombork,  adonde se  había desplazado  quizá para
                     poder dedicar más tiempo a sus aficiones astronómicas. Se espe-
                     cula con un cierto enfriamiento en las relaciones entre ambos pa-
                     rientes,  pero no es algo  que  haya podido probarse de  manera





          98         EL GIRO COPERNICANO
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