Page 112 - 01 Einstein
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Para verlo mejor, recurramos a otra
                                            parábola tridimensional.  Coloquemos
                                            una baqueta en posición vertical, cerca
                                            de una pared, iluminada por dos focos,
                                            uno situado encima y el otro a su lado.
                                            El foco vertical proyectará un punto en
                                            el suelo, mientras que el lateral reflejará
                                            en la pared la baqueta entera (figura 15).
                                                Si ahora la vamos inclinando ( en el
                                            plano que definen las dos lámparas), el
                                            foco  vertical irá creando una sombra
                                            que  crece en el suelo, mientras que la
                        FIG.15
                                            silueta de la pared menguará al mismo
                       1                    ritmo (figura 16).
                                                Al  dejarla en posición horizontal,
                       ¡1                   habremos invertido la situación origi-
                                            nal.  El  punto  aparecerá en la pared,
                                            mientras que el suelo reflejará toda la
                                            longitud de la baqueta (figura 17).
                                                Podemos decir que  la pared y  el
                       /                    suelo son observadores bidimensiona-
                                            les, que contemplan cómo la baqueta en-
                                            coge ( en el espacio) o se alarga ( en el
                                            tiempo). Estamos otorgando una inter-
                        FIG.16
                                            pretación geométrica a la contracción
                      1                     de Lorentz y la dilatación temporal. Los
                                            habitantes de estas superficies podrían
                                            sentir inquietud al descubrir que la lon-
                                            gitud de la baqueta cambia caprichosa-
                     /                      mente cuando se mueve, pero también
                                            podrían idear un modelo matemático
                                            en tres dimensiones y llegar a la conclu-
                                            sión de que las mutaciones son una ilu-
                     /                     sión.  El  movimiento solo  modifica la
                                            medida de las sombras: la longitud de
                                            la baqueta permanece inalterable en un
                        FIG. 17
                                            espacio con una dimensión superior.





        112         LOS PLIEGUES DEL ESPACIO-TIEMPO
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