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esta ocasión demostró que un anillo fluido acabaría rompiéndose
en una serie de gotas separadas. Así que, por eliminación, los ani-
llos debían estar compuestos por infinidad de cuerpos más peque-
ños, cada uno de ellos orbitando independientemente alrededor
del planeta y sujetos a interacciones y choques entre ellos. Sin
embargo, las condiciones del premio exigían un estudio matemá-
tico de las condiciones de estabilidad de tal anillo. Obviamente, el
problema de considerar las ecuaciones de movimiento de cada
uno de los trozos que lo componían era intratable, pero para ha-
cerse una idea de lo que podía suceder, Maxwell estudió un caso
especial: un único anillo en el que cada uno de los trozos estaba
uniformemente espaciado. En esta situación, demostró que un
anillo así sería estable. Si existieran dos anillos, uno interior y otro
exterior, la inestabilidad del sistema podía predecirse en función
de la relación entre sus respectivos radios, pues había ciertos va-
lores para los cuales el sistema se destruiría, pero existían otros
valores en los que eso no sucedía.
«[ .. . ]un interesante ejemplo de un método muy bonito, aplicado
con gran habilidad a la solución de un problema muy difícil.»
- ELOGIOS DEL ASTRÓNOMO REAL, GEORGE BIDDELL AIRY, SOBRE LOS ARGUMENTOS
UTILIZADOS POR MAXWELL EN «SOBRE LA ESTABILIDAD •• • ».
Esto fue todo lo lejos que pudo llegar. En el ensayo reconoció
que si se introducía la posibilidad de que los distintos trozos que
componían los anillos colisionaran entre sí - lo que en el fondo
aparecía en las ecuaciones como un tipo de fricción- , su predic-
ción era que esto podría causar que el anillo interior se acercara al
planeta y el exterior se alejara, lo que implicaba que la conclusión
de Struve de que el sistema de anillos cambiaba con el tiempo,
era correcta: «Este es el único de nuestros resultados que ha sido
observado, o que se cree haber sido observado», escribió. Los ani-
llos de Saturno eran una «nube de aerolitos» orbitando alrededor
del gigante gaseoso. Cuando las sondas Voyager fotografiaron Sa-
turno y sus anillos en la década de 1980 tuvimos la prueba directa
de que tenía razón.
LOS ANILLOS DE SATURNO 101