Page 102 - 08 Boltzmanm
P. 102
de entusiasmo el hecho de que el puesto finalmente no le fuese
concedido. En uno de sus Escritos populares se lamentaba así
al respecto:
También afirmaba ese colega que muchas cosas habrían ido mejor
si yo no hubiera declinado el ofrecimiento de Berlín. Lo que menos
hubiera podido influir en la situación habrían sido mis clases; pero
una sola persona [ ... ] puede ejercer un peso muy significativo en la
creación de nuevos puestos y la cobertura de los vacantes. Alguno
que no se pudo conseguir se habría conseguido si se hubiera querido
de verdad.
En 1889 su hijo Ludwig Hugo murió de apendicitis. Esa· tra-
gedia contribuyó sin duda a ahondar su depresión, especialmente
porque él mismo se culpaba por no haberse dado cuenta de la
gravedad de la enfermedad. Ese mismo año falleció su hermana
Hedwig, que vivía con ellos; en solo cinco años, Boltzrnann había
perdido a tres miembros de su familia.
Sus maniobras de 1888 hicieron que perdiese importantes
apoyos en la universidad, donde muchos de los docentes veían
sus acciones corno una especie de traición. Esto creó un ambiente
enrarecido que impulsó a Boltzrnann a buscar un cambio de aires.
Hizo saber a sus colegas en otras facultades que deseaba aban-
donar Graz y, finalmente, dejó la ciudad austríaca por Múnich,
ocupando la cátedra con la que siempre había soñado, la de física
teórica. En la ceremonia que se celebró en su honor, Boltzrnann
se despidió de Graz con un discurso sobre el significado que para
él tenía la teoría.
DE MÚNICH A VIENA
En Múnich Boltzrnann pasó cuatro años de relativa tranquilidad.
Disfrutó de veladas de cerveza y tertulia con el futuro premio
Nobel de Química Adolf von Baeyer (1835-1917) y otros colegas,
corno el experto en criogénica Carl von Linde (1842-1934) o el
102 BOL TZMANN, POLEMISTA