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LAS REVOLUCIONES CIENTÍFICAS
El pensador estadounidense Thomas Kuhn publicó dos textos que modifica-
ron la visión tradicional de la historia de la ciencia: La revolución copernicana
(1957) y La estructura de las revoluciones científicas (1962). El segundo nació
originariamente como un artículo para la Enciclopedia de la ciencia unificada,
vinculada al Círculo de Viena, movimiento posterior a Boltzmann pero muy
influido por su visión del conocimiento. La idea central de Kuhn era que la
ciencia no progresa solo por acumulación de descubrimientos sino que, más
bien, se produce por rupturas o, para usar su propia expresión, por «cambios
de paradigma». Se llama «paradigma» a la teoría científica dominante, en la
que cualquier científico tiene que formarse e investigar. El campo principal de
las investigaciones lo forman los hechos que la teoría no acaba de explicar.
Cuando el número de hechos no explicados es muy abundante, los científi-
cos inician la elaboración de una teoría alternativa que acaba por imponerse
cuando tiene mayor potencia explicativa que la anterior, es decir, cuando
deja menos hechos por explicar que el paradigma precedente. Un ejemplo
de ello es el abandono del paradigma aristotélico-geocéntrico por las tesis
heliocéntricas defendidas por Copérnico. Al final de su vida, sin embargo, Kuhn
se distanció de sus propias tesis.
una teoría era su éxito práctico, una actitud que aplicaba incluso al
hablar de ética, cuando afumaba: «Si una ética provocase el declive
de la tribu que se adhiriese a ella, eso por sí mismo la refutaría».
Por su parte, Thomas S. Kuhn es conocido por su explicación
del progreso científico como una serie de revoluciones ocasionadas
por la inadecuación de las teorías vigentes para explicar una nueva
serie de hechos. Esa misma idea se puede encontrar literalmente
en Boltzmann, que hablaba así durante el obituario de Stefan:
El lego se imagina que a las concepciones y causas fundamentales
descubiertas se van añadiendo siempre otras nuevas y así se va co-
nociendo más y más la naturaleza en una evolución continua. Pero
esta concepción es errónea, ya que el desarrollo de la física teórica
se ha producido más bien a saltos. Con frecuencia se ha venido de-
sarrollando una teoría durante decenios e incluso siglos, de forma
que ofrecía una imagen bastante completa de una cierta clase de
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