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aumento de la entropía solo podía explicarse a partir de unas con-
diciones iniciales donde la entropía fuera muy baja, y daba una
imagen del universo radicalmente distinta a la que se había plan-
teado hasta entonces (los problemas derivados de esa idea serán
discutidos a fondo en el capítulo siguiente). Boltzmann empezaba
así: «La segunda ley de la termodinámica se ·puede demostrar a
partir de la teoría mecánica si uno asume que el estado actual del
universo, o al menos la parte que nos rodea, empezó a evolucionar
a partir de un estado improbable y que aún se encuentra en un
estado relativamente improbable».
Boltzmann admitía por fin que había una hipótesis extra en
su demostración de la segunda ley. Así como en sus primeros
artículos defendía que esta era deducible de principios mecáni-
cos mezclados con la teoría de la probabilidad, esta vez añadía a
sus dos supuestos otro, muy relevante: que el universo tenía que
encontrarse en un estado improbable. Esto equivalía a escoger
unas condiciones iniciales con sesgo temporal y, por lo tanto, en
lugar de resolver el problema de la flecha del tiempo - ¿por qué el
tiempo avanza de pasado a futuro?- , lo desplazaba a otro ámbito.
Si la cuestión antes era ¿por qué la entropía siempre aumenta?
Ahora pasaba a ser ¿por qué el estado del universo es tan impro-
Tras un tiempo
suficientemente bable?
largo, se
producirán A esto Boltzmann intentaba dar respuesta en el texto si-
descensos guiente, donde proponía una imagen cuando menos curiosa del
aleatorios
de la entropía. cosmos: «Uno puede especular con que el universo como un todo
está en equilibrio térmico y, por
lo tanto, muerto, pero que habrá
desviaciones locales del equili-
brio que se pueden dar durante
el tiempo relativamente corto
ro
·o. de unos cuantos eones. Para el
e
e universo como un todo, no hay
w
distinción entre las direcciones
"adelante" y "atrás" del tiempo,
pero para los mundos donde exis-
Tiempo tan seres vivos, y que por lo tanto
se encontrarán en estados relati-
116 BOL TZMANN, POLEMISTA