Page 130 - 24 Rutherford
P. 130
Rutherford, fueron los primeros en llevar a cabo este proceso.
La fisión nuclear se basa en el bombardeo con neutrones de ma-
teriales como el uranio, elemento escogido porque era uno de
los más grandes conocidos en la época. Tal como Rutherford
había predicho, el neutrón podía penetrar más fácilmente en el
núcleo, y su impacto produce su rompimiento o escisión en dos
del núcleo original. Esto libera una gran cantidad de energía, y
como resultado de la reacción se obtienen dos nuevos átomos,
de menos masa, en sustitución del uranio original: el bario y el
kriptón (figura 1, en la página anterior). Esto supuso una gran
sorpresa para Hahn, dado que ambos son elementos muy lige-
ros en comparación con el uranio. En realidad, en un principio,
cuando Hahn detectó el bario, ignoraba de dónde había surgido.
Pero en discusiones con Meitner pudieron determinar que el ori-
gen estaba en el bombardeo del uranio con neutrones.
Otro de los productos del proceso de la fisión nuclear son neu-
trones, que pueden aprovecharse para escindir a su vez otros tan-
tos núcleos de uranio atómico. De esta manera, se puede provocar
una reacción en cadena de desintegración nuclear (figura 2).
EL ACELERADOR DE PARTÍCULAS
Kapitsa, W al ton y Cockcroft son algunos de los nombres relacio-
nados con la construcción del primer acelerador de partículas.
Gracias a este instrumento científico se inició la llamada época de
la Gran Ciencia, tanto en lo referente a instalaciones y financia-
ción, como a la colaboración y coordinación de numerosos equi-
pos de científicos. El propio Rutherford lo aseguró en 1927 en un
discurso a la Royal Society: «El futuro pertenece a la Gran Cien-
cia». También afirmó que conseguir «electrones a gran velocidad
y átomos a gran velocidad abriría un campo extraordinariamente
interesante de investigación».
El acelerador se había tornado una necesidad. Rutherford
-que había sido un genio manejando partículas alfa de origen
natural para desentrañar los misterios del átomo- reconocía que
130 HACIA LA ESCISIÓN DEL NÚCLEO