Page 54 - 24 Rutherford
P. 54
usaba para colorear cerámica y vidrio). El uranio, que puede pre-
sentar actividad de fluorescencia de forma natural, parecía ser un
buen inicio para su investigación. En 1896, Becquerel tomó la sal
de uranio y la colocó sobre una placa fotográfica (lámina de vidrio
recubierta de una capa de material sensible a la luz) que previa-
mente había envuelto en papel negro. Al exponer el mineral a los
rayos solares, se provocaría la fluorescencia. Como el papel negro
terúa la misión de impedir que los rayos de luz visible impactaran
en la placa fotográfica, si en esta se registraba algun efecto, terúa
que tratarse de rayos X.
«Una de las hipótesis que se presenta a la mente naturalmente
sería suponer que estos rayos, cuyos efectos tienen una gran
similitud con los producidos por los rayos estudiados por
P. Lenard y M. Rontgen, son rayos invisibles ... »
- ANTOINE-HENRI BECQUEREL.
Tras algunas horas de exposición a los rayos solares, el mineral
se tomó fluorescente, y al desvelar la placa fotográfica, Becquerel
comprobó con satisfacción que, tal como había pronosticado, la
imagen del mineral había quedado impresa Su tesis se había con-
firmado de forma rotunda. Una semana más tarde quiso repetir el
experimento, pero al estar nublado, guardó el uranio y la placa fo-
tográfica en un cajón para usarlos otro día En este hecho aparen-
temente intrascendente estuvo la clave de su gran descubrimiento.
Cuando días más tarde fue a buscar la placa y el mineral, ob-
servó con sorpresa que se había dibujado de nuevo el contorno
del mineral. El mineral había permanecido a oscuras dentro del
cajón, por lo que la impresión no podía ser debida a la fluores-
cencia. Después de realizar más experimentos para comprobar
que no fuera una casualidad - por ejemplo, que el uranio fuera
capaz de emitir fluorescencia por un tiempo más prolongado de lo
conocido-, finalmente tuvo que aceptar que su hipótesis original
se derrumbaba. Becquerel siguió convencido de que la placa no
había captado otra cosa que rayos X, pero su naturaleza terúa que
ser diferente. El resultado de su descubrimiento se presentó en la
54 ALFA, BETA Y GAMMA