Page 22 - 29 Lavoisier
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científica Para empezar terúa fe ciega en la ciencia como uno de los
más bellos productos de la mente humana, y también terúa infinita
curiosidad por entender fenómenos que hasta entonces parecían
incomprensibles. Por otro lado, era brillante, terúa una capacidad
de trabajo y organización excepcionales y disponía de una intuición
extraordinaria para percibir la relevancia de un descubrimiento
o las inconsistencias de una teoría. Por ultimo, a pesar de no ser
noble, era el único heredero de una fortuna familiar considerable·
'
y para ocuparse de las cuestiones de intendencia contaba con la
ayuda de su padre y su tía, cuyo cariño y devoción por él eran incon-
dicionales. Pero, por encima de todo eso, Antoine terúa ambición,
aunque no de bienes materiales, sino de pasar a la posteridad.
Sin embargo, y a pesar de tener vocación, fortuna y ambi-
ción, antes de embarcarse en una carrera científica el joven tuvo
que encontrar la forma de asegurarse el porvenir. Era heredero
de hombres de leyes con los pies firmemente asentados sobre el
suelo, para los cuales la ciencia no era más que un pasatiempo
de ricos. Por ello Antoine tuvo que estudiar leyes durante tres
años en la Escuela de París. Durante ese tiempo no solo adquirió
destreza para desempeñar el oficio de litigante, sino que a su inci-
piente formación científica añadió el conocimiento de los clásicos
latinos y el derecho romano.
No obstante, durante los años que estuvo dedicado al estudio
de las leyes no se olvidó de la ciencia, y siguió asistiendo a los
cursos y conferencias impartidos por sus antiguos profesores del
College Mazarin, con los que mantenía muy buenas relaciones.
Su trato era particularmente asiduo con Jean-Étienne Guettard,
quien lo invitaba a menudo a recorrer los alrededores de la ciu-
dad para estudiar los minerales y la geología del entorno. Como
no quería descuidar sus estudios de leyes, por esa época decidió
organizar su tiempo para aprovecharlo del mejor modo posible,
limitando su vida social al mínimo. Poco después decidió que las
comidas familiares le ocupaban demasiado, por lo que durante
unos meses estuvo a una dieta de leche, que ingería en su dormi-
torio, sin dejar de trabajar. Abandonó esa dieta cuando su salud
empezó a resentirse, pero no cambió de idea respecto a que las
relaciones sociales eran una pérdida de tiempo.
22 UN CIENTÍFICO ENTRE ABOGADOS