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no era francés sino inglés. Tampoco tenía
               un buen dominio del francés como para
               publicar en  este  idioma  sus  descubri-
               mientos. Así pues, tras largas tensiones
               políticas, en una conferencia celebrada en
               París se decretó el nombre oficial que de-
               bía emplearse para designar la fuerza del
               campo invisible: voltio. El nombre home-
               najeaba al físico italiano Alessandro Volta,
               que si tenia publicaciones en francés y,
              además, daba su  apoyo incondicional a
               Napoleón. Volta fue el inventor de la  pri-
               mera  pila  de corriente continua,  pero
               nunca entendió cómo funcionaba exac-
              tamente. Con todo, el potencial -la inten-
              sidad se mide en amperios- de la fuerza
                                                    nd
              eléctrica se  mide en voltios y no en fara-  Alessa 'º Volta.
              dios. Cuando un aparato eléctrico funcio-
               na  a 120 voltios, por ejemplo, se  está indicando que, para trabajar adecuada-
               mente, necesita que le suministren 120 julios de energía por cada culombio de
              carga eléctrica que circule por él.






         ha señalado, el cable se deterioraba y cada vez se requería más
         tiempo para enviar un mensaje. Además de dispersarse la energía
         a causa del precario aislamiento del cable, cuando el telegrafista
         dejaba de pulsar el interruptor del telégrafo entre una señal y la
         siguiente, el campo que se había establecido a lo largo del cable se
         dispersaba antes de transmitir la siguiente señal: si el telegrafista
         pulsaba demasiado rápido, el nuevo campo se superponía al an-
         terior, que todavía estaba alrededor del cobre, el hierro y el agua.
         Por ello, no era extraño, según los documentos de la época, que
         aquellas transmisiones se atascaran con mensajes de  «transmite
         más despacio» o «repite»
             Finalmente,  Cyrus  Field tuvo  que  aceptar que  Thomson y
         Faraday estaban en lo cierto, y que realmente existían esos in-
         visibles campos de fuerza capaces de trasladar las cargas eléc-
         tricas. La solución, pues, no pasaba por verter más electrones al





                                                      LA CHISPA ELÉCTRICA    103
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