Page 110 - 07 Schrödinger
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programa de conferencias que lo llevaría de viaje a Leiden y Cam-
bridge. Durante su ausencia, Bom revisó las páginas que le había
entregado. Su lectura le «conmovió, igual que el navegante, des-
pués de un largo viaje sin rumbo, se conmueve al divisar la tierra
buscada». Por suerte para Heisenberg, la curiosidad de Bom lo
había empujado a asistir a infinidad de cursos durante sus tiempos
de estudiante en Breslavia: astronomía, lógica, química, filosofía,
zoología y ... álgebra superior. Bom identificó en las reglas de Hei-
senberg una estructura subyacente, bien conocida por los matemá-
ticos: las matrices.
Si Max Bom, que podía presumir de una sólida formación
matemática, tuvo que hurgar en el desván de la memoria para re-
cuperar sus viejas lecciones de álgebra, podemos imaginar el
efecto que causó el artículo de Heisenberg en la mayoría de los
físicos de la época, para quienes las matrices eran unas perfectas
desconocidas. Su manejo no ponía en juego unas matemáticas
complicadas, pero sí abstractas y, desde el desconocimiento, en
un primer ,vistazo levantaban un muro de exotismo críptico. In-
cluso para físicos posteriores, sin ningún problema para desen-
trañar el lenguaje matricial, los designios de Heisenberg resultan
herméticos en muchos aspectos. Para empezar, en Sobre una
reinterpretación teórico cuántica de las relaciones cinemáticas
y mecánicas ofrecía muy pocos detalles de sus cálculos. Steven
Weinberg, premio Nobel de Física en 1979, apreciaba en sus zo-
nas de oscuridad algo mágico: «Si al lector le causa perplejidad lo
que va haciendo Heisenberg, no es el único. Yo mismo he intenta-
do leer varias veces el artículo que escribió después de volver de
Heligoland y, aunque creo comprender la mecánica cuántica,
nunca he llegado a entender qué le motivó a dar los pasos mate-
máticos de su artículo».
Bom, en compañía de otro de sus ayudantes, el matemático
Pascual Jordan, pasó el verano de 1925 puliendo y extendiendo
las ideas de Heisenberg con el lenguaje de las matrices. Una labor
a la que se incorporó el propio Heisenberg, primero por carta y
luego en persona, a su regreso de unas vacaciones en los países
nórdicos. Los tres publicaron un artículo conjunto donde se cons-
tituía la versión oficial de la mecánica de matrices, que se haría
110 LA BÚSQUEDA DEL SENTIDO