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Teniendo Thomson tendencia a la gran especulación, no es
       de extrañar que fuera él uno de los primeros en afrontar estas
       preguntas y sugerir posibles respuestas. Los ingredientes de los
       que disponía solo eran los átomos, eléctricamente neutros en su
       estado normal, y los electrones negativos.  Su idea era que estos
       estarían presentes en grandes cantidades dentro del átomo neu-
       tro.  Si  un átomo perdía algunos  electrones,  quedaría cargado
       positivamente, y si ganaba electrones, adquiriría electricidad ne-
       gativa. Para entender bien en qué consistía este modelo atómico
       es in1portante subrayar que para Thomson no había ningún tipo
       de partícula o materia con electricidad positiva, y la única ma-
       nera de que el átomo se cargara positivamente era a base de per-
       der electrones negativos. Era el déficit o exceso de electrones lo
       que confería una determinada carga eléctrica, positiva o negativa
       respectivamente, al átomo. Thomson lo expresaría del siguiente
       modo en 1904:


           Los átomos de los elementos consisten en un cierto número de cor-
           púsculos cargados negativamente encerrados en una esfera de elec-
           trificación positiva uniforme.

           En esto consiste lo que se conoce popularmente como el mo-
       delo del plum-pudding ( o «pastel de pasas»). Ciertamente, Thom-
       son no lo llamó así y, además, este nombre puede llevar a engaño.
       En un pastel de pasas, tanto las pasas como la masa del pastel
       son materiales, aunque con propiedades distintas. En el caso del
       átomo de Thomson la única materia era la que proporcionaban los
       electrones. Con esto, la pregunta sobre el número de electrones
       en cada átomo era bastante fácil: teniendo en cuenta que la masa
       de cada electrón (todos son iguales) es unas 2 000 veces inferior a
       la masa del átomo más pequeño ( el de hidrógeno), se deduce que
       cada átomo debe tener algunos miles de electrones en su interior
       (unos 2 000 en el caso del hidrógeno, o unos 32 000 en el caso del
       oxígeno).
           No se puede negar la belleza y la simplicidad de este modelo
       atómico. Un único tipo de partículas, los electrones, explicarían
       tanto la masa como la electrificación de los átomos. En cuanto a






                                          LOS ELECTRONES JUEGAN CON BOHR    53
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