Page 114 - 05 Feynman
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particulares idiosincrasias: prefería no tener estudiantes de doc-
                      torado. Pero Bacher no le quería dejar escapar, así que le conven-
                      ció para mudarse a Pasadena, no sin antes disfrutar de un año
                      sabático en Río, de agosto de 1951 a junio de 1952. Fermi le escri-
                      bió: «Ojalá pudiera refrescar mis ideas nadando en Copacabana».
                          Su vida investigadora pasaba en la habitación del hotel Mira-
                      mar de Copacabana, donde hacía sus cálculos sobre los niveles
                      energéticos de los átomos ligeros (hidrógeno, helio, litio ... ).  Vi-
                      viendo en un país donde quince años atrás la física no existía ( ni en
                      ningún otro país de Sudamérica), Feynman necesitaba estar en con-
                      tacto con su país para obtener los datos experimentales que nece-
                      sitaba En una época muy anterior a Internet, su única vía de hablar
                      con el Laboratorio de Radiación Kellogg del Caltech, pagado por las
                      ganancias de este vendedor de cereales para el desayuno,  era a
                     través de un radioaficionado brasileño una vez por semana. «No
                      estoy totalmente a oscuras en Brasil», escribió Feynman a Fermi.
                         Sin embargo, no nos encontramos ante un Feynman brillante,
                      como él mismo reconoció:

                         Trabajé mucho y lo que obtuve fue razonable ... Sin embargo, llegué a
                         la conclusión de que yo tenía tantos parámetros que ajustar que no
                         puedo estar seguro de que mi trabajo resultara muy útil. Yo queria lograr
                         una comprensión bastante profunda del núcleo, y nunca estuve dema-
                         siado convencido de que aquel trabajo fuera realmente importante.


                         Realmente, trabajar no trabajó demasiado.




                     UNA«GAROTA»DECOPACABANA

                     «Un americano en Río»; así podría titularse la película que Feyn-
                     man pudo haber protagonizado en la ciudad del carnaval. A pesar
                     de afirmar que había nacido sordo para la música,  encontró un
                     estilo que se ajustaba perfectamente a su forma de ser: dinámico,
                     improvisado, caliente, desconocido. La samba no aparecía en la
                     última edición de la Encyclopaedia Britannica, pero llegaba sin






          114        NUEVO COMIENZO. NUEVOS RETOS: LA SUPERFLUIDEZ
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