Page 152 - 05 Feynman
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no era el único en pensar así: su ídolo Paul Dirac pensaba de la
                     misma forma.
                         El Nobel no cambió su personalidad ni un ápice:  continuó
                     interesado en cualquier aspecto de la física, siguió haciendo sus
                     cuentas en el bar de striptease Gianonni's de Pasadena, al que iba
                     cuatro o cinco veces a la semana y donde tenía una mesa reser-
                     vada, según contó Frankie Evans, camarera de ese club en 1969 y
                     que fue su «bloqueadora de estudiantes» del Caltech mientras es-
                     taba allí. Su rechazo a cualquier tipo de honor o cargo de impor-
                     tancia  era tal  que  apostó  diez  dólares  con  Victor  W eiskopf,
                     entonces director d.el CERN,  que en los diez años siguientes no
                     ocuparía ningún puesto de responsabilidad en ninguna institu-
                     ción, un camino habitual entre los científicos de prestigio. No hace
                     falta decir que Feynman ganó la apuesta.


          «Feynrnan hizo los grandes descubrimientos, y yo fui solo su
          publicista. Me recompensaron bien por mi trabajo: conseguí
          un maravilloso trabajo de por vida en el Instituto [ de Estudios
          Avanzados de Princeton]. No tengo de qué quejarme.»
          -  PALABRAS  DE  FREEMAN  DYSON  AL  SABER  QUE  NO  HABÍA  SIDO  ESCOGIDO
            PARA  EL  PREMIO  NOBEL DE  1965.


                         El premio Nobel a los creadores de la QED no estuvo exento
                     de cierta polémica. Debido a la arbitrariedad del testamento de
                     Alfred Nobel, únican1ente puede darse a un máximo de tres per-
                     sonas, lo que dejó a Freeman Dyson fuera. Para algunos fue algo
                     totalmente injusto porque los prin1eros artículos publicados que
                     llamaron la atención sobre el formalismo de Feynman, quien de-
                     mostró que sus tres colegas estaban describiendo esencialmente
                     lo mismo, el que se convirtió en el abanderado y consiguió que el
                     mundo entendiera la QED fue  Dyson.  Sin embargo, si el inglés
                     sintió algún tipo de irritación por ser apartado de la gloria que
                     llegaba de Suecia, nunca lo dijo. Lo cierto es que una de las razo-
                     nes por las que  algunos  intuyen que  Dyson  quedase fuera del
                     Nobel es porque su contribución fue esencialmente matemática,
                     y los del Comité Nobel aborrecen las matemáticas.





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