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sotros, regido por leyes naturales de validez universal. El objetivo
      de la ciencia es descubrir esas leyes y construir con ellas un sis-
      tema completo y coherente, válido para todos los científicos en
      todas partes y en todo momento. A lo largo de su vida científica
      Planck buscó siempre lo absoluto. De ahí su interés en la radia-
      ción de cuerpo negro, independiente de la sustancia concreta que
      radiara; en las constantes universales, que proporcionaban esca-
      las de tiempo y longitud independientes del hombre; o, incluso,
      en la teoría de la relatividad. Parece paradójico que la teoría de
      la relatividad fuera vista por Planck como algo que acercaba la
      ciencia a valores absolutos. Pero hay que recordar que los pilares
      de la teoría,  como la constancia de la velocidad de la luz,  son
      leyes de validez universal. La relatividad construye un espacio-
      tiempo cuyas características son independientes del hombre, de
      sus escalas e intuiciones, y,  por tanto, se aleja del antropocen-
      trismo positivista.


            «Aquellos que usan las muletas de los conceptos mecánicos
              para llegar al reconocimiento de la equivalencia del calor
                     y el trabajo no entienden sino a medias el progreso
                                             realizado por este principio.»

                               -  ERNST MACH  SOBRE  LOS  SEGUIDORES  DE  LA  HIPÓTESIS  ATÓMICA.


          Aunque con matices, podemos decir que Planck ganó la ba-
      talla y los líderes de la ciencia alemana de la década de 1910 se
      alinearon con él frente a las tesis positivistas. Seguramente, las
      irrefutables pruebas de la existencia de los átomos y los avances
      realizados en relatividad y física cuántica, gracias a los nuevos
      métodos de la física teórica, tuvieron más que ver en ello que los
      argumentos filosóficos de unos y otros. En cualquier caso, el de-
      bate de ideas entre Planck y Mach hizo que el primero fuera con-
      siderado, a partir de entonces, como un filósofo de importancia.
      De hecho, su nombre aparece entre las entradas de un dicciona-
      rio histórico de la filosofía editado en Alemania a mediados del
      siglo pasado.





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