Page 35 - 04 Max Planck
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námica: el calor pasando de un cuerpo, el incandescente, a otro
más caliente, el cuerpo negro. ¿Qué ocurre entonces con la ener-
gía que no absorbe? Necesariamente, la tiene que radiar. En de-
finitiva, nos vemos abocados a la conclusión de que el cuerpo
negro también debe radiar energía. Si este razonamiento resulta
demasiado abstracto al lector le proponemos un sencillo experi-
mento. Coja un trozo de tela negro y póngalo al sol un rato. Re-
tírelo y acerque poco a poco la tela a la mejilla: notará que la tela
desprende parte del calor absorbido.
El cuerpo negro ideal no existe en la naturaleza. Los objetos
negros que se ven a nuestro alrededor absorben toda la luz que les
llega en el visible, pero muchos de ellos no absorben todo el infra-
rrojo o el ultravioleta. El cuerpo negro ideal sería aquel que absor-
biera y emitiera por igual en todas las longitudes de onda. Como tal,
el cuerpo negro es una idealización de los físicos, una abstracción.
Pero es una idealización muy útil. La radiación térmica de un
cuerpo negro es una radiación modelo, independiente de la sus-
tancia de la que esté hecho el cuerpo. La radiación térmica que
proviene del Sol no es idéntica a la de un cuerpo negro a la misma
temperatura, solo parecida. Lo mismo ocurre con la radiación pro-
veniente de una chimenea, o de un calentador. La radiación tér-
mica de un cuerpo negro es el modelo ideal al que se parece la
radiación térmica de los demás cuerpos.
Muchas cosas tuvieron que pasar para que el descubrimiento
de Herschel se convirtiera un siglo más tarde en la teoría de Planck.
Pero no es un asunto menor el que uno de los problemas que tuvie-
ron que resolver los físicos experimentales del siglo XIX fue la cons-
trucción en el laboratorio de un sistema que se comportara de la
forma más parecida posible a un verdadero cuerpo negro.
LOS SABIOS QUE NO CREÍAN EN LOS ÁTOMOS
A finales del siglo XIX, la física alemana estaba muy influida por la
escuela energetista, liderada, entre otros, por William John Ran-
kine (1820-1872) y Wilhelm Ostwald (1853-1932). Los energetistas
PLANCK Y LA FÍSICA DEL SIGLO XIX 35