Page 36 - 04 Max Planck
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pensaban que la termodinámica y, en particular, el primer princi-
                     pio de la termodinámica, ofrecía el marco perfecto para el desa-
                     rrollo de un modelo físico de la naturaleza. La conservación de la
                     energía era un hecho empírico y los energetistas esperaban obte-
                     ner de él, por razonamientos matemáticos abstractos, la explica-
                     ción de  todos  los  fenómenos  físicos,  sin tener que  recurrir a
                     modelos mecanicistas tales como el atómico. Entre otras cosas,
                     los energetistas dudaban de la existencia real de los átomos, con-
                     siderando la hipótesis atómica como una hipótesis que el tiempo
                     demostraría innecesaria.  Fue en este ambiente energetista que
                     Planck inició su carrera científica.
                         La lectura de los escritos de Clausius llevó a Planck a dedi-
                     carse de lleno a la termodinámica. Su tesis, defendida en Múnich
                     en el verano de 1879, se llamó Sobre la segunda ley de la teoría
                     mecánica del calor. En 1880 consiguió un puesto de privatdozent
                     en la Universidad de Múnich. Esta figura docente de la Alemania
                     de la época no conllevaba un sueldo por parte de la universidad,
                     sino simplemente la posibilidad de dar clases a los alumnos y co-
                     brarles por ello.
                         Estando en Múnich, Planck escribió un artículo para un pre-
                     mio convocado por la Universidad de Gotinga sobre la «natura-
                     leza de la energía». Planck recibió el segundo premio, quedando
                     el primero vacante.  Como el mismo Planck cuenta en su auto-
                     biografía, ello fue probablemente porque en su artículo se ponía
                     de parte de Helmholtz frente a Weber. Planck se ganó con ello
                     el respeto científico de Helmholtz y  cuando Kirchhoff murió,
                     Planck le  sucedería en la Universidad  de  Berlín  (aunque no
                     antes de que Boltzmann y Hertz rechazaran el puesto). En sus
                     años en Múnich y,  a partir de 1885 y ya como profesor remu-
                     nerado, en Kiel,  Planck trabajó a fondo sobre la aplicación del
                     segundo principio a diversos problemas, como las reacciones
                     químicas,  la disociación de  gases y  las  disoluciones.  Su pro-
                     funda comprensión de las consecuencias del segundo principio
                     le llevó a distanciarse de los energetistas. Estos sostenían, entre
                     otras posiciones, que el segundo principio de la termodinámica
                     podría deducirse del primero, que era el único realmente univer-
                     sal. Mientras los energetistas no veían diferencia crucial entre





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