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En colaboración con Ferdinand Kurlbaum (1857-1927), tam-
bién miembro del instituto y también antiguo alumno de Hel-
moltz, Lummer desarrolló en torno a 1892 una versión mejorada
del holómetro, un instrumento conceptualmente idéntico al fo-
tómetro pero que en este caso mide la intensidad de la radiación
electromagnética que incide sobre él con independencia de si
esta es visible o no.
Por otro lado, Lummer y Wien publicaron un artículo con-
junto en 1895 en el que analizaban las posibles técnicas empleadas
para construir un cuerpo negro modelo. Hasta entonces los físicos
experimentales habían intentado usar diversas superficies enne-
grecidas, pero se hacía evidente que no radiaban conforme a un
cuerpo negro, es decir, con igual eficacia a todas las frecuencias.
Wien y Lummer llegaron a la conclusión de que la mejor manera
de construir un cuerpo negro era usar una cavidad con un agujero.
El mismo Lummer se sorprendió de que este camino no hubiera
sido explorado antes experimentalmente, ya que había sido suge-
rido por el propio Kirchhoff casi cuarenta años antes (y por Boltz-
mann poco después).
Los prin1eros modelos de cavidades radiantes fueron esferas
de porcelana, adecuadamente agujereadas y cuya superficie inte-
rior estaba cubierta de hollín. La esfera se sun1ergía en un líquido
a temperatura controlada. Consiguieron de ese modo cubrir un
rango de temperaturas que iba desde -188 hasta 1200 grados cen-
tígrados.
En 1898, Lurnrner y Kurlbaum diseñaron y construyeron un
cuerpo negro alimentado eléctricamente. La alimentación eléc-
trica, de hasta 100 amperios, permitía alcanzar 1500 grados centí-
grados. Con esta cavidad y con su holómetro Lummer y Pingsheirn
encontraron las primeras desviaciones de la ley exponencial de
Wien. Las desviaciones aparecían en longitudes de onda larga, en
el infrarrojo.
En el verano de 1900 Kurlbaum y Heinrich Rubens (1865-
1922), profesor de física de la Universidad Técnica de Berlín, rea-
lizaron medidas aún más precisas de la distribución espectral y
obtuvieron resultados claramente discordantes con la distribu-
ción predicha por Wien.
62 EL NACIMIENTO DEL CUANTO DE ENERGÍA