Page 141 - 23 Dalton
P. 141
La mecánica cuántica aumentarla su complejidad hasta lími-
tes inaceptables para algunos científicos. Por ejemplo, para Albert
Einstein que, aunque había puesto uno de sus cimientos al cuanti-
ficar la energía de los fotones junto con Planck, no podía aceptar
los conceptos de probabilidad. De alú su inmortal frase: «La teoría
cuántica es algo muy digno de considerar pero, en mi opinión,
Dios no juega a los dados».
«El electrón, hasta que es observado, está al mismo tiempo
en todas partes y en ninguna.»
- WERNER ÜEISENBERG.
Esta singular afirmación, en la que muchos han querido ver
una interpretación religiosa -cosa absurda, dado que Einstein
no era creyente-, no hace sino remarcar el abismo que se abría
entre las teorías físicas para explicar lo muy grande -con las pro-
pias teorías gravitatorias y relativistas del mismo Einstein- , con
lo muy pequeño, los átomos y la mecánica cuántica. Y ese abismo
aún persiste. Ya no solo al tratar el comportamiento de los elec-
trones, sino también cuando se considera el problema de la unión
de los protones en el pequeño y densísimo núcleo atómico. Para
poder explicar estas uniones, es necesario postular una fuerza
- la llamada fuerza nuclear fuerte- , 10 veces mayor que la
38
propia fuerza de la gravedad, postulada por Newton, adoptada
por Dalton en su teoría atómica de 1808 y, finalmente, conve-
nientemente modificada por Albert Einstein. Esa fuerza nuclear
fuerte tiene un radio de acción realmente pequeño - alrededor de
1/100 000 del diámetro de un átomo- , por lo que aunque es capaz
de mantener unidos los núcleos compactos de la mayor parte de
elementos, no lo consigue con los elementos más pesados que,
simplemente, se desintegrarán al no poder contener los protones.
Y ahora, si nos saltamos los nefastos y oprobiosos usos que se
le dieron a la fisión atómica al final de la Segunda Guerra Mundial,
podemos seguir manteniendo la pregunta: las partículas subató-
micas ya identificadas -electrón, protón, neutrón- , ¿siguen ad-
mitiendo divisiones?
EL LEGADO DE DAL TON. LA EXPLOSIÓN ATÓMICA DEL SIGLO XX 141