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NICOLÁS COPÉRNICO
             Copérnico (1473-1543)  nació en  Torurí,
             Polonia. Debido a la temprana muerte de
             su padre, su tío, el obispo Lucas Watzen-
             rode, lo tomó bajo su  protección y ejer-
             ció una  gran  influencia  en  su  vida.  Es-
             tudió  astronomía  y  astrología  en  la
             Universidad de Cracovia y completó sus
             estudios en Bolonia, donde ejerció como
             asistente de su  profesor en  la  produc-
             ción de horóscopos de numerosos prín-
             cipes,  gracias a lo cual  llegó a alcanzar
             un  gran  dominio en  esta  práctica.  No
             obstante, también se  familiarizó con la
             obra  de  Pico  della  Mirandola  (1463-
             1494), filósofo muy crítico con la  astro-
             logía. Su  maestro también  lo introdujo
             en  los aspectos más difíciles de la obra
             de Ptolomeo. La preparación teórica que
             recibió Copérnico en el campo de la  as-
             tronomía  contrasta  con  la  escasez de
             observaciones que realizó por sí mismo,
             que fueron solo anecdóticas (cita explí-
             citamente en su  obra De revolutíoníbus
             su  observación de la estrella Aldebarán,
             o Alfa Tauri, la más brillante de la constelación de Tauro). En 1501  Copérnico
             se  instaló en  Padua para estudiar medicina. Al finalizar los estudios, regresó
             a Polonia,  donde su  tío le  ofreció un cargo administrativo en  la  diócesis de
             Breslavia, ciudad donde ejerció la  medicina gran parte de su  vida. Pudo al-
             ternar esta actividad con la  astronomía, disciplina en la que había adquirido
             una gran reputación. Se suele atribuir su  prudencia a manifestar sus opiniones
             sobre astronomía al  temor a sufrir represalias de los estamentos religiosos,
             aunque hay historiadores que consideran que en  esa  época no existía  un
             clima de intolerancia como el  que se  viviría décadas más tarde, con el  pro-
             ceso a Bruno y a Galileo. En todo caso, De revolutíoníbus orbíum coe/estíum,
             en la que defendía el heliocentrismo, se  publicó al  final de su  vida, en 1542, a
             pesar de tratarse de un proyecto elaborado décadas atrás. Años antes había
             redactado un texto breve llamado  Commentaríolus, en  el  que quiso dar a
             conocer sus ideas a los más allegados. Se da la circunstancia de que en 2008
             se encontraron unos restos humanos en la catedral de Frombork que fueron
             identificados como los de Copérnico. Se le volvió a dar sepultura en el mismo
             recinto dos años más tarde.








                                   EL TELESCOPIO Y LA REVOLUCIÓN ASTRONÓMICA   61
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