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LA FAMILIA BERNOULLI
               Jakob Bernoulli (1654-1705) estudió teo-
               logía  por insistencia de su  padre,  pero
               pronto la abandonó para ser profesor de
               Matemáticas en la Universidad de Basilea
               hasta su  muerte. El  hermano más joven
               de Jakob, Johann (1667-1748), también
               quedó fascinado  por las  matemáticas,
               sucediendo  a  su  hermano en  el  cargo
               ocupado en  la  universidad, aunque en
               vida las fricciones con él fueron constan-
               tes. Ambos hermanos tenían una natura-
               leza quisquillosa que les llevaba a enfren-
               tarse por ser el  primero en  resolver los
               acertijos matemáticos. Así,  el  problema
               de la  braquistócrona (la curva del des-  Jakob Bernoulli.
               censo más rápido), planteado como un
               desafío para los matemáticos europeos, degeneró en una agria polémica so-
               bre quién lo había resuelto antes: si  Jakob, Johann, Leibniz o Newton (quien
               lo resolvió tras un fatigado día de trabajo en la Casa de la  Moneda londinense
               y lo hizo público anónimamente, pese a que, como dijera uno de los hermanos,
               al  león se le reconoce por sus garras). Johann, el  más pendenciero de los dos,
               terminaría echando de casa a su  hijo Daniel (1700-1772), por haber obtenido
               un premio de la  Academia Francesa al  que aspiraba él  mismo.






                     nismo, era hugonote), famoso por su tratado La doctrina del azar
                     (1718), defendía que la regularidad estadística que postulaba el teo-
                     rema áureo necesitaba obligatoriamente del concurso de Dios para
                     funcionar.  Laplace, como enseguida tendremos ocasión de expli-
                     car, heredó esta crisis abierta en el fundamento de la probabilidad.
                         Pero hay algo más que lleva la firn1a de Jakob Bernoulli. Este
                     dedicó la última parte de su enjundioso tratado a la aplicación del
                     cálculo de probabilidades a cuestiones civiles, morales y econó-
                     micas. Con sus propias palabras:

                         Ars conj ectandi se define como el arte de medir lo más exacto po-
                         sible la probabilidad de las cosas, para que en nuestros juicios o





         126         PROBABILIDAD Y DETERMINISMO
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