Page 25 - 28 Hubble
P. 25

ropa de Edwin, cuando le hicieron doctor honoris causa por la Uni-
         versidad de Oxford. La familia, que permanecía muy unida, quiso
         llamar al hijo pródigo, famoso ya,  pero no sabían dónde estaba.
         Un amigo de la infancia, Albert Colvin, quiso encontrar a Hubble
         para comunicarle la muerte de su madre y acudió al banquero J ohn
         Burke, el suegro de Hubble, para ver si podía localizarle.
             Entre Burke y Colvin hubo una extraña conversación, des-
         concertante para ambos. Los Burke tenían una excelente opinión
         de su yerno como marido de su hija, pero no tenían ni idea de
         quiénes eran los familiares de Edwin. ¿Cómo era posible? Colvin
         le contó al banquero muchos detalles, todos los que recordaba,
         de la infancia y juventud de Edwin, lo que Burke oyó atónito y
         con muchísima atención. Colvin no se explicaba que Edwin nunca
        hubiera hablado de su familia y de la situación empobrecida de su
         madre en particular. ¿Qué versión de sí mismo había dado Hubble
         a su familia política?
            ¿Abogado? Nunca ejerció como abogado. ¿Heridas de guerra?
         No  lo  creía Colvin.  ¿No sabía Burke ni quién fue  el padre ni la
        madre ni los hermanos de Edwin? ¿Qué le había contado a Burke
         su hija sobre la infancia y la juventud de su yerno?
            Tanta atención y placer puso el buen Burke en lo que le con-
        taba y le escribía Colvin, que le invitó a pasar el fin de semana en
        Los Ángeles,  aunque Colvin se excusó. De todas las formas,  el
         sorprendido banquero despidió al más sorprendido amigo,  con
         gratitud y contento por tanta información que él debería haber te-
        nido y no tenía, o tenía incomprensiblemente desfigurada. Burke
        también ofreció 100 dólares a este amigo de la infancia, quien los
        rechazó cortésmente.
            Grace, que escribía su diario,  eliminó las páginas de los pri-
        meros encuentros con Edwin. Tan1bién fue la depositaria de los
        papeles de su marido cuando murió. Las cartas a sus padres, que
        fueron tan frecuentes cuando, soltero aún, estuvo como becario
        en Oxford, también debieron persistir cuando se casó, pero, pro-
        bablemente, Grace las hizo desaparecer.
            Esta es una página extraña en la biografía de Edwin Hubble.
        ¿Por qué Grace actuó así? ¿Por qué él mismo procuró ocultar su
        origen, su infancia y su juventud? ¿Por qué en la boda no estu-






                                                       HUBBLE, EL HOMBRE     25
   20   21   22   23   24   25   26   27   28   29   30