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Tanta actividad y t;anta pasión le crearon enemigos y continua-
mente recibía en su casa anónimos mensajes amenazadores, pero
la actitud de Hubble y de Grace no varió un ápice. Esta valentía de
Hubble no se quedó en palabras. El ejército estadounidense estaba
buscando la colaboración de los científicos. Concretamente, se le
pidió que fuera a incorporarse al Aberdeen Probing Grounds de
Maryland, donde había un departamento de Balística Exterior, bien
corno civil, bien corno militar, en este caso con el grado de teniente
coronel. Sin embargo, nunca se le otorgaron las estrellas de este
deseado grado militar. Según confesó él mismo, no tratándose ni
de chiste ni de chisme, lo primero que hizo tras recibir la propuesta
fue acudir al diccionario y buscar la palabra «balística».
Primero entró corno científico consultor, pero pronto se con-
virtió en jefe de Balística Exterior. Le ofrecieron un buen salario,
sust;ancialrnente mejor que el que estaba recibiendo en Mount Wil-
son. Su labor fue, al parecer, eficaz, concienzuda y perfecta. Tanto
es así que todas las armas que Estados Unidos utilizó en la guerra
habían sido estudiadas y probadas en su departamento: detección
de submarinos, tablas de disparo de t;anques, cañones, bazocas,
cohetes, bombas y armas de todo tipo se estudiaban y analizaban
allí. Estaba al mando de un departamento en el que no solo había
militares sino, además, matemáticos, expertos en computación,
físicos, químicos, etc., todos ellos voluntarios corno él. El mayor
Hubble volvía a estar en su ambiente.
«Aquí y allí, Inglaterra nos ayudó, ¿cómo podemos
ahora ayudar a Inglaterra?»
- MANIFESTACIÓN DE H UBBLE EN EL COMIENZO DE LA SEGUNDA GUERRA M UN DIAL,
. CON EL TINTE ANGLÓFILO QUE LE CARACTERIZABA.
Pronto el Aberdeen Probing Grounds se desplazó a la isla de
Spesutie, más resguardada, al tener que tratar con material e in-
formes de alto secreto. En el centro de Spesutie existía una casa
abandonada, construida en el siglo XIX, corno lugar de ocio y caza
del antiguo propietario de la isla. Edwin no podía vivir sin Grace
y Grace no podía vivir sin Edwin, así que este consiguió los per-
HUBBLE, EL HOMBRE 47