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abandonó Mount Wilson para hacerse cargo de la dirección del
         Harvard College Observatory, pero la aversión prosiguió.
             Hubble solo fue  amable con un astrónomo de Harvard,  en
         este caso una astrónoma, Cecilia Payne, que se presentó a Hubble
         consultándole sobre una diferencia científica con Shapley. Decía
         Hubble que Cecilia era el mejor hombre de Harvard.
             El biógrafo de Hubble, G.E. Christianson, cuenta una graciosa
         anécdota. Hubo quien le comparó.por su arrogancia con el físico
         estadounidense H.A. Rowland (1848-1901). Como ejemplo del ego
         soberbio de este científico, en un juicio el abogado le preguntó:
         « Y bien,  profesor Rowland,  ¿quién es el físico  más grande del
         mundo?». A lo que él respondió: «Soy yo, supongo». Y cuando des-
        pués alguien le echó en cara su falta de modestia, él se disculpó:
         «Es que estaba bajo juramento».
            Hubo una reunión entre los astrónomos de Mount Wilson or-
        ganizada por el propio Hubble, en la cual se decidió abordar de
        manera sistemática las nébulas. Los light-men - los hombres de
        las noches claras con Luna- eran los espectroscopistas, pues la
        espectroscopia no está tan afectada por la presencia de la Luna;
        estaban encabezados por el mismo Adams. Los dark-men - los
        hombres que trabajarían en las noches sin Luna-  eran los que
        harían la fotometría fotográfica,  pues la fotometría sí está muy
        afectada por la Luna;  estaban encabezados por Shapley. Hubble
        fue un dark-man.




        LA 01ST ANCIA


        Solon Bailley (1854-1931),  del Harvard College Observatory, es-
        tudió las llamadas «cefeidas», estrellas variables con una perio-
        dicidad muy regular, entre 1 día y 130 días aproximadamente. Su
        curva de luz - es decir, cómo varía su flujo luminoso en función
        del tiempo- es muy característica, por lo que se las reconoce
        con facilidad.  Son muy luminosas y se pueden observar a gran-
        des distancias. Ya se conocían desde el siglo xvm,  pero Bailey se
        interesó intensan1ente en ellas en la época que nos ocupa. Unas





                                LA CLASIFICACIÓN GALÁCTICA Y LOS UNIVERSOS ISLAS   77
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