Page 81 - 28 Hubble
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precisamente así, que, en efecto, en una supemova hay una emisión
      descomunal de energía, pero no cabe duda de que, en su tiempo, el
      argumento de Shapley era contundente. Andrómeda tenía que ser
      gaseosa y la nova (S Andromedae) una estrella normal.
          Para mayor refuerzo en la brillante teoría de la Gran Galaxia,
      Van Maanen decía que había observado movimientos de rotación
      en las regiones centrales de espirales tan conocidas como M33,
      M51, M81 y Mlül. Si estas nébulas estuvieran muy lejos, fuera de
      la Vía Láctea, estos movimientos corresponderían a velocidades
      desorbitadas, muy superiores a la de la luz.
          Esta teoría de la Gran Galaxia, hoy desechada, gracias, entre
      otros, al propio Hubble, era también criticada con acierto por Her-
      ber Curtis, quien decía que el espectro de las espirales, con líneas
      de absorción, era casi igual al de las estrellas de tipo F o G y no se
      parecía nada a los espectros gaseosos caracterizados por líneas
      de emisión. La espirales debían estar, por tanto, formadas por es-
      trellas, y no por gas, como apostaba el intransigente Shapley.

                  «Las grandes espirales [ ... ] están aparentemente fuera
                                               de nuestro sistema estelar.»
                                                          -  EDWIN PowELL HUBBLE.

          Curtis había observado muchas nébulas espirales en las que
      su brillo se cortaba en unas bandas negras. Interpretó acertada-
      mente que se debían a una absorción interestelar. Si otras espira-
      les tenían esa banda de absorción en el plano de simetría, la Vía
      Láctea también podría tenerla. Si era así, se mataban dos pájaros
      de un tiro.  Esta absorción impedía ver espirales fuera de la Vía
      Láctea. No es que no hubiera espirales en la dirección del plano de
      simetría de la Vía Láctea; es que no se veían. Además, explicaba la
      estrnendosa diferencia entre los modelos de Vía Láctea de Hers-
      chel y Kapteyn por un lado, y el propio modelo de Shapley por
      otro. Los primeros decían que el Sol estaba en el centro; el último,
      que estaba a 30 000 años luz, más bien en la perife1ia.
          Con respecto a la supemova de Andrómeda, Curtis opinaba
      que,  en efecto,  debía ser un tipo  desconocido  de  estrella con
      una emisión luminosa asombrosa que duraba muy poco tiempo.






                              LA CLASI FICACIÓN  GALÁCTICA Y LOS  UNIVERSOS  ISLAS   81
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