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Había científicos que eran nazis o simpatizantes declarados.
Es el caso de dos físicos galardonados con el premio Nobel: Phi-
lipp Lenard -en 1905, por sus trabajos sobre el efecto fotoeléc-
trico- y Johannes Stark -en 1919, por su descubrimiento del
desdoblamiento de las rayas espectrales en presencia de un campo
eléctrico-. En 1924 ambos habían hecho público su apoyo a Hitler,
encarcelado tras su intentona de golpe de Estado. Stark se afilió al
partido nazi en 1930, y, como veremos, tuvo una gran influencia
en la política científica y universitaria durante unos años. Pascual
Jordan, coautor de la mecánica matricial, se afilió en mayo de 1933.
La mayoría de los científicos, como gran parte de la sociedad
alemana, pensaban que la República de W eimar era incapaz de
sacar al país de la penosa situación económica, social y política en
la que se encontraba. Por ello no veían con malos ojos la idea de
renovación nacional prometida por Hitler y simpatizaban con sus
objetivos nacionalistas. Confiaban en que pronto desaparecerían
lo que consideraban excesos iniciales del nuevo régimen y mejora-
ría la situación. Esta fue, con matices, la actitud de Heisenberg.
Así, intentó convencer a Bom, cesado por tener abuelos judíos, de
que no abandonara Alemania. En el mes de junio le escribía:
Sé que entre los que están a cargo de la nueva situación política hay
hombres por quienes vale la pena aguantar. Ciertamente, en el trans-
curso del tiempo las cosas espléndidas se separarán de las odiosas.
Le decía que las leyes raciales afectarían solo a los menos
importantes, por lo que «la revolución política tendrá lugar sin
daños para la física de Gotinga». La información a que hace refe-
rencia debió de obtenerla por Weizsacker, pues su padre era un
alto funcionario que llegó a formar parte del Gobierno. Bom, afor-
tunadamente para él y su familia, no hizo caso de esos consejos y
se exilió. Schrodinger fue uno de los pocos científicos que decidie-
ron abandonar voluntariamente Alemania por estar en desacuerdo
con la situación política. Heisenberg no lo entendió, «ya que ni es
judío ni está en peligro».
También hubo científicos, los menos, que manifestaron como
pudieron su oposición al nazismo. Los más conocidos, como Planck
EN DEFENSA DE LA FÍSICA TEÓRICA 123