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hablado anterionnente a propósito del espín del electrón. La misión
seguía el avance de las tropas aliadas en Europa y requisaba mate-
rial u ordenaba la detención de científicos e ingenieros - los otros
aliados tenían comandos semejantes para procurarse este tipo de
botín de guerra-. En noviembre de 1944, tras examinar los archi-
vos y papeles de W eizsacker en Estrasburgo, Goudsmith se conven-
ció de que los alemanes no habían construido la bomba atómica y
ni siquiera habían conseguido una reacción en cadena controlada.
Cuando Heisenberg fue detenido en mayo de 1945, ofreció a los
aliados sus conocimientos sobre la fisión nuclear, pero, para su sor-
presa, Goudsmith no dio importancia a la oferta.
Los británicos se hicieron cargo de diez científicos alemanes:
Gerlach, Diebner, Hartek, Bagge, Wirtz, Korsching, Heisenberg,
W eizsacker, Hahn y Laue. En esa lista no estaban todos los científi-
cos implicados en el programa nuclear - algunos habían sido dete-
nidos por los soviéticos- y los dos últimos no tuvieron intervención
directa. A primeros de julio fueron conducidos a Farm Hall, una
mansión cercana a Cambridge, donde permanecieron práctica-
mente incomunicados hasta finales de 1945. Los detenidos ignora-
ban si había micrófonos ocultos en la casa. Sus conversaciones
eran escuchadas y se grababa todo aquello que tuviera relación con
el progran1a nuclear. La transcripción de las conversaciones fue
editada y comentada en 1996 por Jeremy Bemstein. Sus comenta-
rios son muy críticos: Heisenberg ignoraba muchas cuestiones
esenciales, tanto de reactores nucleares como de bombas atómicas,
y los conocimientos de sus colegas sobre los principios básicos
eran peores. Su lectura pemlite tener una idea de la actitud de estos
científicos ante el régimen nazi y ante el progran1a nuclear alemán.
A este respecto son interesantes las grabaciones efectuadas los
días 6 y 7 de agosto de 1945, cuando los detenidos oyeron por la
radio que Estados Unidos había lanzado una bomba atómica sobre
Japón: Su primera reacción fue pensar que era una noticia falsa,
pues estaban convencidos de ir muy por delante de los aliados en
esa materia. Pero tuvieron que aceptar que se habían sobreestimado
a sí nlismos y subestimado a los aliados. Hahn les dijo varias veces
que eran unos fracasados por no haberlo conseguido antes que los
aliados. Nadie le respondió, lo que implícitamente es un reconocí-
148 LA FISIÓN NUCLEAR Y LA GUERRA