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tor operativo y con la separación del U235. En la última de esas
reuniones, el ministro de Armamento Albert Speer llegó a la con-
clusión de que, en el mejor de los casos, antes de que acabara la
guerra solo podría conseguir reactores para barcos y submarinos,
así que decidió dar todo su apoyo a los proyectos de Von Braun
sobre las bombas volantes. El programa nuclear tuvo la prioridad
mínima, dedicado solamente al reactor. Aparte de las valoraciones
técnicas y económicas, en esta decisión pesó mucho el convenci-
miento, compartido por científicos y militares, de que Alemania
llevaba la delantera a los aliados en el terreno de las aplicaciones
de la fisión nuclear. Por ello, suponían que la bomba atómica no
sería relevante para decidir el final de la guerra.
«El científico se ha convertido a ojos del pueblo en el mago a
quien obedecen las fuerzas de la naturaleza. Pero este poder solo
puede llevar a algo bueno si a la vez es un sacerdote y si actúa
solamente como ordena la divinidad o el destino.»
- PALABRAS DE HEISENBERG EN UN MANUSCRITO DE 1942, PUBLICADO EN 1984 CON EL TÍTULO
«ÜRDNUNG DER WIRKLICHKEIT» (ÜRDEN DE LA REALIDAD).
El diseño del reactor de Heisenberg, con capas alternadas de
uranio y agua pesada, era poco efectivo. Diebner había logrado
otro mucho mejor, con una ristra de cubos huecos de uranio me-
tálico dentro del agua pesada. Al aumentar la superficie de con-
tacto entre los cubos de uranio y el agua pesada, se pueden frenar
los neutrones con más eficiencia, y, por tanto, la probabilidad de
fisión es mayor. Pero la falta de coordinación entre los grupos y
la obstinación de Heisenberg con su diseño retrasaron la adop-
ción del prototipo de Diebner. Sin embargo, los bombardeos alia-
dos obligaron a que los laboratorios del proyecto nuclear se
trasladaran al sur de Alemania. Los experimentos prosiguieron
hasta prácticamente los últimos días de la guerra y puede sor-
prender ese empeño en seguir trabajando hasta el final de una
guerra que ya se sabía perdida. La razón hay que buscarla en que
los físicos alemanes estaban convencidos de su superioridad
frente a los aliados en lo referente a fisión nuclear, por lo que
LA FISIÓN NUCLEAR Y LA GUERRA 143