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Otra de las ideas de Gauss, comunicada en una ocasión a un
amigo, explica tanto la existencia de su diario como la lentitud en
la publicación. Gauss afirmaba que cuando tenía veinte años era
tal la cantidad de nuevas ideas que pasaban por su mente que di-
fícilmente podía recogerlas todas de manera extensa, y solo dis-
ponía para ello de brevísimo tiempo. El diario contiene tan solo
los juicios breves finales de los resultados de complicadas inves-
tigaciones, algunas de las cuales le ocuparon durante semanas.
Cuando siendo joven contemplaba la serie de pruebas sintéticas
que habían encadenado las inspiraciones de Arquímedes y New-
ton, Gauss resolvió seguir su gran ejemplo, y tan solo dejar obras
de arte perfectas y completas, a las que nada pudiera ser añadido
y a las que nada pudiera ser restado sin desfigurar el coitjunto. La
obra por sí debe ser completa, sencilla y convincente, sin que
pueda encontrarse signo alguno que indique el trabajo que ha cos-
tado lograrla. Una catedral, decía, no es una catedral hasta que ha
desaparecido de la vista el último andamio. Trabajando con ese
ideal, Gauss prefería pulir una obra maestra varias veces, en vez
de publicar los amplios esquemas de muchas de ellas, como pudo
fácilmente hacer. Su sello, un árbol con pocos frutos, lleva el lema
Pauca sed matura ( «pocos, pero maduros»). Y ese fue el lema de
su vida científica en lo relativo a publicaciones. Como veremos, el
diario sirvió para dirimir algunas controversias, especialmente las
tenidas con Legendre.
La construcción con regla y compás, que tenía una larga tra-
dición en los trabajos matemáticos, consiste en el trazado de pun-
tos, segmentos de recta y ángulos usando exclusivamente una
regla y un compás idealizados. A la regla se le supone longitud
infinita y carencia de marcas que permitan medir o trasladar dis-
tancias. Al compás se le supone que se cierra cada vez que se
separa del papel, de manera que no puede utilizarse directamente
para trasladar distancias, porque «olvida» la separación de sus
puntas en cuanto termina de trazar la circunferencia. La geome-
tría griega impuso esa norma para las construcciones y se ha man-
tenido invariable desde entonces. Esta restricción del compás
parece muy incómoda para los usuarios de compases reales, pero
no supone un grave inconveniente, porque el traslado de distan-
38 PRIMEROS DESTELLOS DE UN PRODIGIO DE LOS NÚMEROS