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que se lo conoce hoy en día. Por ello, Legendre, a raíz de la publi-
cación del libro de Gauss, le dirigió una carta de enhorabuena,
reivindicando no obstante la autoria del método de los mínimos
cuadrados.
En 1820, Legendre publicó un suplemento a su memoria de
1805, atacando de nuevo a Gauss por la prioridad de los mínimos
cuadrados. El estudio posterior del cuaderno de notas de Gauss y
el testimonio de Olbers, que aseguró que Gauss le había enseñado
las notas del método en 1802, cuando ambos trabajaban en la de-
terminación de la órbita de Palas, dan la razón a Gauss en la polé-
mica. No fue la última vez en que estos dos grandes matemáticos
polemizaron sobre la autoría de resultados matemáticos.
La disputa redundó en perjuicio del desarrollo de la matemá-
tica, pues Legendre contagió sus injustificadas sospechas de ser
copiado por Gauss a su alumno más ilustre, Carl Gustav Jakob
Jacobi, e impidió que este matemático, que más tarde iba a desa-
rrollar las funciones elípticas, colaborara con Gauss, quien desde
muy joven, como demuestra su cuaderno de notas, había traba-
jado en esas funciones. En este tema, y en otros que veremos pos-
teriormente, Gauss marchó a la cabeza de Legendre. Sin embargo,
cuando Legendre le inculpó de haber procedido mal, Gauss acusó
el golpe. En una carta al astrónomo Heinrich Christian Schuma-
cher (1780-1850) de 1806, se quejó de que:
Parece que es mi destino coincidir en casi todos mis trabajos teóricos
con Legendre. Así ha ocurrido en aritmética superior, en las investi-
gaciones sobre las funciones trascendentes relacionadas con la rec-
tificación [ el proceso de encontrar la longitud del arco de una curva]
de la elipse, en los fundamentos de la geometría, y ahora otra vez
aquí en el método de los mínimos cuadrados.
Con la publicación detallada de los trabajos póstumos de
Gauss y de gran parte de su correspondencia de los últimos años,
todas estas antiguas disputas han sido resueltas en favor del ma-
temático alemán.
Este tipo de polémicas era muy frecuente entre los matemá-
ticos de la época, puesto que, además del retraso en la publicación
86 UN MÉTODO PARA ENCONTRAR PLANETAS