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PERIHELIO, AFELIO Y ECLÍPTICA
               El  perihelio es el punto más próximo de la órbita de un cuerpo celeste alrede-
               dor del Sol. El opuesto, el  punto más alejado del Sol, es el afelio (figura 1). Por
               ejemplo, la  Tierra  llega al  perihelio todos los años a principios de enero, y
               entonces la distancia al Sol es de aproximadamente 147 millones de kilómetros,
               mientras que en el  afelio la  Tierra está a unos 152 millones de kilómetros del
               astro. Este fenómeno solamente ocurre en  las órbitas elípticas, en  las que el
               Sol se  halla en uno de los focos de la elipse, y no en  las circulares, en  las que
               el Sol se encuentra justo en el centro.

               La eclíptica
               Se  denomina eclíptica a la  línea  imaginaria que traza el  Sol a lo largo de un
               año respecto al «fondo inmóvil» de las estrellas. Se forma por la intersección
               del plano de la  órbita terrestre con la  esfera celeste. La  incidencia perpendi-
               cular de la  luz solar barre casi  47º sobre el  globo terráqueo; cuando la  luz
               solar incide perpendicularmente a 23° 27' latitud norte, alcanza el  llamado
               trópico de Cáncer (21  de junio), cuando incide a 23º 27 ' latitud sur, el trópico
               de Capricornio. Estos son los puntos máximo y  mínimo que alcanzará el  Sol
               en  su  desplazamiento imaginario por el  cielo. La  eclíptica define un  plano
               imaginario llamado «plano de la eclíptica», también denominado «plano de la
               órbita terrestre». Este plano se encuentra inclinado unos 23º 27' con respec-
               to al plano del ecuador terrestre (figura 2). El resto de los planetas no se hallan
               en  este plano, sino que forman ángulos con respecto a él.






                    sos), Venus (para los amantes), Sol (para los sabios), Marte (para
                    los guerreros de la fe),  Júpiter (para los buenos gobernantes) y
                    Saturno (para los contemplativos). Los dos últimos cielos están
                    formados por las estrellas fijas y, finalmente, por el Primer Móvil,
                    la más exterior de las esferas en el modelo geocéntrico del uni-
                    verso.  Según la filosofía medieval,  el sistema se encontraba en
                    movimiento debido a Dios, que era el Primum mobile.  Y,  para
                    acabar, fuera de todo ello se halla el Empíreo, la «habitación de
                    Dios y de todos los elegidos», un lugar que no estaba limitado por
                    un espacio ni construido de materia, eternamente inmóvil.
                        Esa propuesta cosmológica establecía una clara y férrea fron-
                    tera entre un inmutable y perfecto mundo celestial -el universo
                    que se extiende más allá de la atmósfera terrestre-- y el mutable






         40         LA GRAVITACIÓN Y LAS LEYES  DEL MOVIMIENTO: LOS «PRINCIPIA»
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