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de Yukawa era tan diferente a los mesotrones mu de la radiación
cósmica?
Como se comprobó años más tarde, tras la detección del neu-
trino por Cowans y Reines, los muones de la radiación cósmica
podían ser capturados por un núcleo, emitiendo un neutrino, en
general:
µ-+A-B +v.
O bien desintegrándose en un electrón y emitiendo dos neu-
trinos:
Luego el comportamiento de los muones y de los mesones ante
los núcleos era en realidad muy diferente. Hay que recordar aquí que
hoy en día ya se sabe que los muones son leptones y no mesones.
Fermi ya había estudiado en 1939 la absorción anómala de
los rayos cósmicos en el aire, y se puso manos a la obra para des-
entrañar el misterio. En dos artículos publicados en The Physical
Revieiv en 1947, primero con Teller y Weisskopf, que en el MIT de
forma independiente había llegado a la misma conclusión, y des-
pués solamente con Teller, analizó la interacción de los mesotrones
mu con el grafito, y constató que el tiempo de captura del mesotrón
en el orbital más bajo del carbono no era menor que el tiempo de
desintegración espontánea (del orden de 10---6 s), mientras que el
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tiempo esperado hubiese sido mucho menor (de unos 10- s), y ve-
rificó así que la interacción de los mesotrones mu con los núcleos
atómicos era mucho menor de la que se esperaría para los mesones
n de Yukawa o piones, portadores de la fuerza nuclear fuerte.
Fermi concluyó que los mesotrones µ de la radiación cósmica
no se comportaban como los mesones de Yukawa, y poco después
Bethe y Marshak apostaron por la hipótesis de que eran dos meso-
nes diferentes, como ya intuía Fermi. Unos meses más tarde, Cecil
Powell, Cesar Lattes y Giuseppe Occhialini, cuando estudiaban
los rayos cósmicos mediante la técnica de exposición de emulsio-
nes fotográficas, fueron capaces de detectar el primer auténtico
mesón, el mesón n o pión, cuya desintegración producía además
el mesotrón µ de la radiación cósmica, que resultó ser un nuevo
LA PARADOJA DE FERMI 135