Page 113 - Edición final para libro digital
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que sobre el teniente Kachka obran en nuestro poder, esta junta
                 resuelve lo siguiente:
                    Que, tal como consta en el informe solicitado por esta junta al
                 teniente coronel Benjamín Machta, de quien el solicitante es sub-
                 alterno, no se dan las circunstancias adecuadas para autorizarle a
                 ejercer la defensa de los hermanos Hasbúm, actualmente en prisión
                 preventiva y bajo proceso de investigación. Esta denegación a su
                 solicitud se funda en el condicionante que supone en este caso su
                 relación sentimental con la hermana de los acusados, la señorita Fat-
                 ma Hasbúm.
                    Así mismo, por recomendación del coronel Romam Taback, esta
                 junta superior ha considerado conveniente proponer al teniente
                 Ariel Kachka para un ascenso a capitán, lo cual conllevaría el corres-
                 pondiente cambio de destino y la asunción de mayores responsabi-
                 lidades oficiales.
                    En relación a esta propuesta de ascenso le será enviado en breve
                 el comunicado oficial del estado mayor del ejército.
                         Le saluda muy atentamente
                         La junta superior de justicia militar.”
                    Al terminar de leer la carta Kachka estaba realmente incomo-
                 dado. ¿Cómo se habría enterado el teniente coronel Machta de su
                 relación con Fatma? Durante todo aquel tiempo habían tenido un
                 especial cuidado en que el viejo comandante no tuviese razón alguna
                 para desconfiar. Si bien habían mantenido una proximidad total-
                 mente ajena al protocolo, la misma había sido siempre en privado,
                 nunca delante de terceros.
                    Ariel no necesitó hacer muchas cábalas para deducir que, sin
                 duda alguna, mucho tenían que ver en todo aquello los servicios
                 secretos. Con toda seguridad el teniente coronel Machta les habría
                 mandado vigilar, tanto a él como a su amada -a la sazón su secreta-
                 ria- después de revisar el expediente de contratación y ver en él la
                 procedencia de Fatma y su relación familiar en Gaza. Ariel no había
                 pensado nunca en aquello, pero al leer la respuesta de la junta tuvo
                 por seguro lo ocurrido.
                    Por otra parte, le ofrecían a cambio aquel ascenso, lo cual, en
                 circunstancias normales, sería una excelente noticia. Pero sabía muy

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