Page 114 - Edición final para libro digital
P. 114

bien que aquella propuesta de mejora no era una recompensa a su
              carrera sino un claro incentivo para que se desvinculase de Fatma.
              Legalmente nada podían hacer para vetar su relación con la beca-
              ria, puesto que necesitarían pruebas inculpatorias de que la joven
              le estuviese utilizando para obtener información, cosa que no era
              cierta. Por lo tanto, recurrían a aquella especie de chantaje con el
              fin de impedir que interviniese en el proceso abierto contra los Has-
              búm, y al mismo tiempo separarle también de la abogada palestina.
              Sin duda, quienes habían diseñado el plan conocían las aspiracio-
              nes del teniente en su función, puesto que la oferta produjo en él
              el efecto deseado, sembrar incertidumbre y crearle un conflicto de
              intereses de difícil solución. Si rechazaba la propuesta de la junta es-
              taría abocado, muy probablemente, a jubilarse siendo aún teniente,
              ya que podrían pasar muchos años antes de que fuese nuevamente
              requerido a una  promoción  preferente.  Además,  tampoco podría
              involucrarse en el juicio de los Hasbúm, ya que quedaba muy cla-
              ra la desautorización expresa del cuerpo superior. Por el contrario,
              si aceptaba el ascenso sería enviado lejos de su adorada subalterna.
              Incluso podrían destinarle a la comandancia de algún destacamento
              fronterizo, lo cual haría muy difícil su acercamiento a Fatma.
                 Ante tal coyuntura, y conociendo la dificultad que supondría re-
              solver aquel conflicto, decidió, una vez más, recurrir a su padre, el
              viejo Kachka. Si alguien le podía aconsejar debidamente en aquel
              dilema era su progenitor. David Kachka conocía perfectamente los
              entresijos de la judicatura, ya fuesen estos en el ámbito civil o mili-
              tar; puesto que a lo largo de su vida profesional había resuelto con
              éxito muchos casos parecidos.
                 En aquella ocasión, Ariel quería entrevistarse con su padre per-
              sonalmente, puesto que la conversación con el veterano abogado
              requería de más tiempo e intimidad que la vez anterior, en la que
              una simple llamada le había resultado de gran ayuda.
                 David Kachka y su esposa Rebeca vivían desde hacía dos meses
              en la histórica Acre, una pequeña ciudad a veinticinco kilómetros
              al norte de Haifa y a poco más de cien de Tel Avid. Pero, inexplica-
              blemente y a pesar de la escasa distancia que les separaba, Ariel aún
              no les había visitado en su nueva residencia. El matrimonio estaba

              112                                                                                                                                              113
   109   110   111   112   113   114   115   116   117   118   119