Page 112 - Edición final para libro digital
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En cuanto la joven becaria estuvo fuera del despacho, Ariel abrió
el cajón y sacó con avidez la carta que había guardado en este unos
segundos antes. Llevaba casi tres semanas esperando una respuesta
oficial a su demanda. Había estado haciendo gestiones con el fin de
asumir la defensa de Nabir y Sabil. Para entonces, estos ya habían
sido acusados formalmente de terrorismo y permanecían en la cár-
cel de Damun, muy cerca de Haifa, desde hacía casi treinta días,
asesorados por un abogado de oficio, lo cual no era precisamente
una garantía de esmerada defensa. Pero Ariel no quería revelar a Fat-
ma lo acontecido hasta no haber obtenido el permiso oficial de sus
superiores y poder así acceder al sumario judicial. El joven letrado
no deseaba sembrar la incertidumbre en su pareja. Prefería conocer
todos los pormenores de aquel caso antes de contarle lo ocurrido.
Sin una autorización legitimada por la junta del departamento de
justicia militar, la cual estaba presidida por el coronel Taback, no
podría hacerse cargo del pleito. A pesar de los innumerables correos
electrónicos intercambiados con las más altas esferas, se había visto
obligado a solicitar un permiso oficial escrito para poder tomar parte
en el proceso, ya que al ser un oficial de rango medio dependía di-
rectamente del gabinete jurídico del estado mayor.
Dentro de aquel sobre se encontraba la tan esperada respuesta.
Con la autorización superior en su poder podría solicitar una copia
del sumario y establecer las pautas a seguir para que Nabir y Sabil
saliesen lo mejor parados posible. Sería entonces, en cuando pudiese
alimentar sus esperanzas, el momento de hablar con Fatma de todo
aquello.
Abrió el sobre y extrajo la carta que se encontraba en su interior.
El membrete que encabezaba el documento y el cuño sobre la firma
del coronel Taback certificaban su legitimidad, pero lo escrito a con-
tinuación del encabezado no se correspondía con lo esperado por
Kachka. Después de los correspondientes datos protocolarios y los
ya conocidos saludos, la misiva decía lo siguiente:
“Sobre la demanda hecha ante este gabinete jurídico superior por
el teniente Ariel Kachka para que se le autorice a tomar parte, en
calidad de abogado defensor, en la investigación abierta contra los
hermanos Nabir y Sabil Hasbúm, y en base a los datos de referencia
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