Page 25 - Edición final para libro digital
P. 25

CAPÍTULO 2.











                      a situación en La Franja se había ido calmando. La presión
                      internacional y las innumerables víctimas, consecuencia de los
                Lferoces altercados, habían llevado a los dos bandos a pactar
                 una tregua. Uno más de los incontables paréntesis que se repetían
                 periódicamente después de una larga y sangrienta refriega. Nada
                 nuevo que hiciese pensar en el fin de aquella eterna pugna por los
                 territorios ocupados. Pero, al fin y al cabo, la tranquilidad se adue-
                 ñaría de las calles de la ciudad durante un tiempo. Esos periodos
                 de paz permitían a los palestinos retomar medianamente su vida,
                 abastecerse de productos de primera necesidad y afrontar, en mayor
                 o menor medida, sus proyectos existenciales. Siempre establecidos a
                 corto plazo, ya que la guerra seguía presente en sus vidas a pesar de
                 no escuchar disparos ni explosiones.
                    Al otro lado, tras los muros que separaban ambos territorios, la
                 tranquilidad reflejaba también el acuerdo entre las partes. Los traba-
                 jadores palestinos volvían a cruzar por los controles para desempeñar
                 sus actividades en el lado hebreo. Siempre estrechamente vigilados
                 por los militares judíos que, a pesar de la tregua, no bajaban ni un
                 momento el nivel de alerta. Entre otras cosas porque sabían per-
                 fectamente que la inestable paz servía a Ezzeddin Al-Qassam para
                 rearmarse y deslocalizar sus bases con el fin de reforzarse de cara a


                                                                           23
   20   21   22   23   24   25   26   27   28   29   30