Page 170 - Mucho antes de ser mujer
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Capítulo 19
Los cinco jóvenes se dirigían, como cada fin de semana, a
cumplir con su incansable búsqueda en pos de los amigos desapa-
recidos. Esa tarde estaba lloviendo y hacía mucho frío; era febrero
y la dureza del invierno se hacía sentir especialmente aquel día.
Tan desapacible clima no invitaba, en absoluto, a transitar aquellas
calles casi desiertas bajo la fría lluvia, para mantener vivo un senti-
miento que se asemejaba más al deseo que a la esperanza. A las ca-
rreras, de portal en portal y aprovechando los escasos respiros que el
continuo aguacero daba de vez en cuando, iban recorriendo bares
y comercios preguntando a los allí presentes, aferrados a la posibi-
lidad de que alguien hubiese visto a sus compañeros. El crepúsculo
llegaba temprano en aquella época del año, máxime tal día como
aquel en que las espesas nubes y la persistente borrasca limitaban
considerablemente la luz natural del sol. Pasaba muy poco de las
seis y ya la oscuridad era casi total, además, el temporal comenzara
a arreciar, por lo cual tuvieron que refugiarse en el porche de un
lujoso hotel ubicado en el amplio bulevar que recorría la localidad
desde el centro hasta los barrios residenciales de la periferia, ya que,
después de su infructuosa búsqueda por las zonas más populares de
la urbe, habían decidido continuar su labor en la parte más exclu-
siva de la ciudad. Pero las inclemencias meteorológicas y la prema-
tura llegada de la noche los había hecho desistir de su propósito;
en cuanto escampase ligeramente regresarían a sus casas dando por
finalizada la batida por ese día.
No habrían transcurrido más de diez minutos desde que se
guarecieran en la entrada del hotel cuando un taxi se detuvo frente
al edificio. Debido a la intensa lluvia no se distinguía a los ocupan-
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