Page 175 - Mucho antes de ser mujer
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José Manuel Bermúdez

                 —Me siento agobiado por Sonia y por Sara, no hacen más que
            preguntarme por qué no fuimos el domingo —comentó el Auri a
            los otros dos.
                 —¿Miguel aún no ha llamado? —le preguntó Tomás.
                 —No, y estoy mosqueado, me dijo que no tardaría en hacerlo,
            desconfío que pudiesen descubrirle y que le haya pasado algo.
                 —No creo tío, el Miguel es muy listo como para que le pillen
            así de fácil, seguramente no ha tenido ocasión de hacerlo en condi-
            ciones seguras; pero si te ha dicho que llamará es que lo hará.
                 —Ya, pero es un marrón tener que darle explicaciones a las
            chicas y no poder contarles nada, me jode que sigan preocupándose
            mientras nosotros sabemos que están bien.
                 —Es lo que hay, si hablamos igual metemos a Miguel en un
            lío, mejor esperar un poco más a ver qué pasa, si en una semana
            más no recibimos noticias nos vamos a la poli, ¿vale? —propuso
            Rodrigo.
                 A los otros dos les pareció una buena idea, tampoco era cues-
            tión de seguir otros seis meses sin saber nada sobre ellos, esperarían
            hasta el siguiente fin de semana, y si Miguel no contactaba con ellos
            irían a la policía.
                 La conversación sobre el tema se vio bruscamente interrumpi-
            da con la llegada de Sonia y de Sara. Las dos se habían hecho bue-
            nas amigas y pasaban bastante tiempo juntas, ese día iban decididas
            a convencer a los chicos de seguir con lo que se habían propuesto o,
            si estos volvían a darles excusas para no continuar, les exigirían que
            les dijesen las razones por las cuales habían perdido todo interés en
            la cuestión.
                 —Hola chicos —comenzó saludando Sonia.
                 —Hola —respondieron los tres al unísono.
                 —¿Qué, hoy en qué zona buscaremos? —esta vez era Sara la
            interesada.
                 Tomás y Rodrigo permanecieron callados, por jerarquía y ante
            la falta de Miguel, el Auri ocupaba el puesto del líder, y en situacio-


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