Page 179 - Mucho antes de ser mujer
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José Manuel Bermúdez
por los demás pero su lealtad con Miguel había sido siempre inque-
brantable y no iba a cambiar.
—Puedes contar conmigo tío, pero no sé qué dirán Rodri y
Tomás.
—¿Qué diremos sobre qué? —quiso saber Tomas al oír que
les nombraba.
Aurelio les explicó brevemente lo que le decía Miguel mientras
éste, al otro lado, esperaba su respuesta.
—Sí tío, que cuente también con nosotros, volvemos a ser los
de antes —respondieron de mutuo acuerdo los dos restantes.
El interlocutor de Miguel, acercando nuevamente el auricular
a su oído, le comunicó la decisión tomada.
—Que sí tío, que cuentes con nosotros para lo que sea.
—Vale, entonces os volveré a llamar en cuanto hable con Ana,
si todo sale como pensamos podemos ganar mucha pasta.
—Eso suena muy bien tío, llama pronto.
—No te preocupes, volveréis a saber de mí.
—A lo mejor te responde Tomás la próxima vez, éste es su
móvil y está empeñado en que se lo devuelva.
—Es lo suyo, ¿no? —dijo Miguel riendo—. No importa,
cuando le llame que os avise y os juntáis.
—Muy bien tío, quedamos así entonces.
—Sí, y no le contéis nada a nadie.
—¿Tampoco a Sonia?, está loca por verte y ya no sabemos qué
decirle para no continuar buscándote.
—No, tampoco a ella, de momento. Seguidle la corriente y
actuad como si no pasase nada, no tardaremos en vernos, y ya ha-
blaré también con ella.
Ambos amigos se despidieron quedando los tres muchachos
mucho más tranquilos al saber que Miguel seguía con vida después
de tantos meses pero, sin embargo, el no poder decirle a las dos
chavalas los que ellos sabían ya, los incomodaba.
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