Page 115 - De la luz a las tinieblas
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—Tú será mejor que duermas viejo. Darías un mal
vigilante— le replicó Orgán entre risas.
A pesar de su buen humor, a Alterio no le sentó nada bien
la broma.
—Si pudiese ver te partiría esa bocaza de viejo ignorante
que te caracteriza.
—Haya paz —intervino Andrés.
Y dirigiéndose a Orgán:
—Yo hare esa primera guardia. Luego despertaré a
Dalman, y él te despertará a ti. Harás el último turno. Garan
y Gosún pueden acompañarnos. Ellos apenas necesitan
dormir, y seguro que estarán más alerta que nosotros. Entre
todos tendremos el campamento bien vigilado.
—A mí me parece bien. Procuremos descansar ahora —
dijo Orgán, inquiriendo a Dalman con la mirada— ¿Tú qué
dices?
—Como queráis. Lo importante es que permanezcamos
atentos cuando nos toque la vigilia.
Dalman no hizo más comentarios. Abrió su saco y se
introdujo en él, dispuesto a aprovechar al máximo sus horas
de sueño. Orgán hizo lo propio, mientras que Alterio, que no
habría de hacer guardia, permaneció, igualmente, velando en
compañía de Andrés y los dos góronas, que aún tardarían en
tomarse su descanso.
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