Page 13 - De la luz a las tinieblas
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claridad. Presintió que quizás aquel oscuro conducto lo
encaminaría hacia una esperanzadora luz.
Mas esa nueva circunstancia le produjo un intenso
escalofrío. Se apoderó de él la indecisión. El albor acentuaba
sus esperanzas, pero el temor a lo desconocido era aún
mayor.
Volvió a detenerse preso de la duda y la incertidumbre.
«¿Qué podía hacer?, ¿avanzar inflexible hacia lo
desconocido o huir hacia atrás? ¡Hacia la ausencia!».
Aquello, en vez de animarlo aumentó su perplejidad. Sin
embargo, sus dudas se disiparon en pocos segundos. Su
curiosidad y su arrojo lo alentaron a reanudar nuevamente la
marcha. Se dirigió decidido hacia el punto iluminado,
retomando el camino cuyo final era el fundamento de su
propio miedo.
A pesar de que progresaba más lentamente y con enorme
sigilo, su objetivo era ya irrenunciable. Ya no volvería a
detenerse. Notaba que la claridad era cada vez más intensa.
Con el corazón encogido por la ansiedad, luchó por
mantener la calma y evitar el agarrotamiento de sus
miembros inferiores, que casi se negaban a sostenerlo.
En el cenit de aquella inquietud, percibió como algo se
acercaba apresuradamente por detrás suya. Antes de que pu-
diese girarse, sintió sobre su espalda el peso de una inespe-
rada criatura. El grito surgido de su garganta llenó el silen-
cio de la estrecha galería. El eco de su propio terror provocó
en su corazón tal sobresalto que a punto estuvo de perder el
conocimiento.
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