Page 14 - De la luz a las tinieblas
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Justo en el momento en que intentaba huir, dominado por
su desconcierto, sonaron junto a su oído dos suaves ladridos,
y una viscosa lengua recorrió su cara desde la barbilla hasta
la parte inferior de su oreja.
El alivio fue entonces mayor que el susto. No sabía si reír
o echarse a llorar. Se giró para abrazarse a su fiel e
inseparable amigo canino.
Ante la tardanza de su amo, y las tétricas circunstancias,
Seter había decidido abandonar la manada para salir en su
busca . Finalmente, el amor a su dueño había podido más
que su compromiso con el rebaño. La voluntad del can por
proteger a Andrés era en sí misma una necesidad. También
él, ante aquella extraña situación, se sentía desprotegido sin
la compañía del pastor.
Con Seter a su lado el camino sería mucho más llevadero.
La presencia del podenco inoculó en él una buena dosis de
valentía.
Definitivamente, no se detendría hasta llegar al final.
Aunque no dejaba de pensar en la suerte que correrían sus
ovejas, ya no barajaba en absoluto la posibilidad de intentar
el regreso. Tan solo le importaba averiguar qué estaba
ocurriendo en su mundo, en su tiempo y en su propia
existencia.
Sintiéndose mucho más seguro en compañía de su fiel
mascota, acelero el ritmo decidido a alcanzar cuanto antes el
origen de aquella luminiscencia.
A pesar de que la luz era cada vez más brillante, no era
capaz de distinguir el origen de la misma. La estrecha y
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