Page 130 - De la luz a las tinieblas
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Aquella  singular  batalla  no  duró  demasiado,  pero  los
          irracionales cazadores tuvieron que lamentar un buen número

          de bajas, sin haber logrado su objetivo.
              El  éxito  obtenido  en  aquella  escaramuza  supuso  un
          importante  estímulo  moral  para  el  colectivo.  Habían
          comprobado que  no eran tan vulnerables como  creían. En
          adelante, afrontarían los retos que se le presentasen con el
          ánimo notablemente reforzado por aquella victoria.


              Garan  estaba  gravemente  herido.  Su  atacante  le  había
          producido un profundo corte en el pecho, y necesitaba ser
          atendido. Algo que no habían previsto, antes de comenzar el
          viaje, era la posible necesidad de curar a algún lacerado. En
          la  aldea  no  disponían  de  nada  utilizable  en  tales  casos.

          Deberían improvisar para poder detener la hemorragia del
          górona.
              El viejo Alterio rasgó su larga túnica, utilizarían aquel
          retal como un improvisando vendaje.  Le pidió a Andrés que
          lavase bien la herida y el impensado apósito con parte del
          agua que tenían. Habiendo limpiado la lesión con la mayor

          higiene posible, cerraron el corte con la vieja tela. Con las
          finas  hebras  de  una  liana  crearon  las  sujeciones  para
          mantener apretada la compresa.
              Habiendo  detenido  la  hemorragia,  dejaron  descansar  a
          Garan. Ellos, mientras tanto, se afanaron en limpiar el lugar

          de las hostilidades.






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